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¿Cómo eran entonces, me refiero en tu infancia y juventud, las celebraciones de Santerón?

• <Pues parecidas a las de ahora, pero ya te digo, con más gente; la cosa ha cambiado poco, excepto por los coches; antes no había ninguno y ahora se apoderan de todo... Veníamos los de Algarra y nos quedábamos en la ermita, unos entraban y otros se quedaban en la plaza, hablando con los vecinos y amigos o comprando a los turroneros que venían. Cuando llegaban los de Vallanca se esperaban en la “Mesa ... (ver texto completo)
¿Recuerdas haber venido de niño a Santerón con tus padres?

• < ¡Hombre, claro! Desde que tengo uso de razón hemos venido aquí por Pentecostés, que entonces se celebraba el lunes y ahora el sábado, y por los septenarios... Recuerdo que siendo yo un crío de unos ocho años –esto sería por el XXXI Septenario, que fue en 1935, lo recuerdo porque enseguida empezó la guerra- estuve con mis padres en Vallanca: el día de la procesión general, cuando la Virgen da la vuelta por detrás de la iglesia, y sale ... (ver texto completo)
Paco, ¿cuál es tu nombre completo, dónde naciste, quiénes fueron tus padres, qué recuerdas de tu infancia?

• <Mi nombre es Francisco Martínez Marín y nací en Algarra, el 4 de octubre de 1927: tal día como hoy, porque hoy cumplo 85 años... Mi padre fue Saturnino Martínez Ruiz, natural de Garcimolina y mi madre Sabina Marín López, natural de Algarra. El alcalde de entonces era Julián López Martínez, tío suyo, que es el que aparece en la "Mesa de la Virgen". Fuimos tres hermanos, de los que sólo ... (ver texto completo)
Salimos del santo lugar y nos sentamos bajo la noguera que hay frente al santuario, mi acompañante sobre unas piedras que hay contra la pared de un cobertizo y yo directamente en el suelo, sobre una piedra plana. Ambos nos quedamos en silencio durante unos momentos, disfrutando de la vista del santuario, de los porches y la cúpula octogonal que luce a la cabecera. El tejado vierte a dos aguas y a los pies hay un antiestético edificio encalado, construido sobre el mismo solar donde se hallaba la casa ... (ver texto completo)
En la ermita vacía nuestras voces resuenan con un eco frío, que contrasta con el bullicio de las últimas celebraciones septenarias. Antes de salir, mi acompañante me señala la pared bajo el coro: Mira, aquí había una puerta, que comunicaba la casa del santero con la ermita; así el ermitaño podía pasar de un lado al otro, pero al tirar la casa contigua y hacer la nueva la tapiaron...
En el presbiterio -lado del evangelio- están las andas de la Virgen, despojadas de flores y faroles. En el centro hay un altar exento cubierto por un mantel y detrás un sencillo retablo enmarcado por columnas torneadas. Junto al retablo, lado del evangelio, hay una gran urna encristalada: La han restaurado hace poco, antes estaba en el centro y contenía la imagen de la Virgen, pero como estaba estropeada la retiraron –comenta mi informante-. Y añade: Ahora luce como nueva, pues ya te digo que la ... (ver texto completo)
De la “Mesa de la Virgen” vamos a la ermita... La armadura del soportal ha sido restaurada hace poco y también el tejado, en el que han puesto “onduline” bajo teja. En lo alto de la ermita, hacia los pies, hubo una espadaña para la campana, pero al tirar la casa del santero ya no la volvieron a hacer: Sí, el campaño lo colocaron aquí, en estos soportes, aún pueden verse los amarres... Claro que podía voltearse. Ahora está en Algarra, porque pillaron a uno que pretendía llevárselo... Pregunto a mi ... (ver texto completo)
Al llegar a la ermita fuimos directamente a la “Mesa de la Virgen”, para ver la inscripción que luce en sus cuatro caras. Desde la piedra, la vista del santuario luce estupenda, una imagen detenida en el tiempo, con la monumental noguera sombreando la plazuela, cuyas hojas de tonos dorados anunciaban ya el cambio de estación. El gran bloque de piedra caliza se halla labrado en forma de cubo y sirve como asiento a las andas de la Virgen durante la procesión de Pentecostés. Junto a la piedra pasa una ... (ver texto completo)
Le llamé un día de principios de septiembre, y quedamos para charlar... Me apetecía especialmente estar con él en la ermita, desierta y solitaria después del Septenario, para que me contara sus recuerdos en relación con el santo lugar. Nos encontramos en Algarra y con su vehículo enfilamos a Santerón por la pista: la tarde era magnífica, con el cielo despejado y un agradable calorcillo en el ambiente. Entretenidos en la contemplación del paisaje, el trayecto se nos hizo corto; no hallamos a nadie ... (ver texto completo)
Entrevista con el señor Francisco Martínez Marín.

Con el señor Francisco -Paco para los amigos y conocidos-, mantengo una relación de amistad. Me llama casi todos los meses y hablamos; yo también le llamo, pero casi nunca doy con él, pues está soltero y es difícil hallarle en su casa, y pese a su edad siempre anda de un lado para otro con su todoterreno. Para Pentecostés, me llevó en su coche desde Algarra hasta Santerón.[3] También nos vimos en la ermita de Santerón durante la subida por la Virgen ... (ver texto completo)
Durante la subida por la Virgen en el XL septenario (1998), estando mi esposa y yo junto al cerrito de la Fuente, conocimos a un vecino de Algarra, el señor Francisco Martínez Marín (Algarra, 1927), que se acercó hasta nosotros. Nuestro encuentro fue absolutamente casual -quiero decir providencial-, pues gracias a él he podido saber detalles de la vida de mis parientes y muchas cosas de la Virgen, de la ermita y de las tradiciones y celebraciones a ellas vinculadas.
Según la información recopilada de fuentes familiares y vecinales, la señora Rogelia había heredado de sus maridos muchas propiedades en distintas localidades de estos términos, entre las que se hallaban el rento de Santerón, donde la ermita de su nombre, y el de Callejones, además de grandes extensiones de monte con pinares, múltiples zonas de huerta e inmuebles en diversas localidades de la zona. Según parece, muchas de las posesiones provenían de los tiempos de la Desamortización de Madoz (1855-1886). ... (ver texto completo)
Mi padre tenía una tía en Algarra, a la que llamaban Rogelia Sánchez Garrido (1870-1963), hermana de mi abuelo Román de Torrebaja. Cuando yo la conocí, la tía de mi padre era ya muy anciana y vivía en una casona enorme con una hija llamada Isabel Zafrilla Sánchez (1898-1989), casada con un tal José Pérez Pérez (1915-97) y sin hijos: la vivienda tenía por detrás una balconada de madera que daba sobre un precipicio, como las casas colgadas de Cuenca... Isabel tenía un hermano, Vicente Zafrilla Sánchez ... (ver texto completo)
Mis primeros recuerdos de esta Virgen y su ermita datan de mi infancia. A finales de los cincuenta, siendo yo de unos seis u ocho años, fui con mi padre de Torrebaja (Valencia) a Algarra, donde teníamos parientes. Llevábamos dos caballerías, una cargada con manzanas y otra para montar. El objetivo de aquel viaje era comprar o cambiar las manzanas por patatas de las de sembrar; quizá las manzanas eran sólo para regalar. Mi padre era agricultor y también tratante, por lo que se conocía bien los vericuetos ... (ver texto completo)
DESDE EL RINCÓN
DE ADEMUZ

Alfredo Sánchez Garzón

lunes, 8 de octubre de 2012
LA VIRGEN DE SANTERÓN EN LA MEMORIA (I).

Recuerdos –evocaciones y remembranzas- de un algarreño octogenario.
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