Los orígines históricos de la Villa de
Alburquerque se remontan a la Prehistoria, existiendo, en los alrededores, ricos vestigios de población primitiva, pudiéndose encontrar estelas funerarias, sepulturas antropomórficas, hachas, puntas de flechas, dólmenes o "antas", litografías y pinturas rupestres.
En Alburquerque destaca su enorme
castillo. La construcción de la fortaleza, y la cerca amurallada que rodea la villa, a partir del enclave precedente de
tradición árabe existente ya en ese punto, fue iniciada en 1.276 por Don Alonso Sánchez, hijo bastardo del rey Don Dionís de
Portugal. Nuevas obras fueron acometidas en el siglo XV, datando de estas época la configuración de las fortificaciones que hoy conocemos. Los alburquerqueños, cuyo apelativo familiar es el de pelinos, mantienen, como los talaveranos, una peculiar dicción, que convierte la c en s, pronunciando, sin paliativos, morsilla, tosino, cabesa, etc.
El momento de mayor esplendor corresponde a la reconquista, que en Alburquerque se realiza en 1166, durante el reinado de Fernando II, el cual la tomó de los almohades, después de un largo asedio, para confiarla seguidamente, en 1171, a la Orden
Militar de Santiago. En 1184 fue conquistada por los árabes para volver a ser tomada de nuevo por Alfonso IX. A partir de este momento y durante medio siglo, las luchas entre moros y cristianos se sucederán sin interrupción, alternándose la posesión de la Villa. Alfonso III, el
Santo, la reconquistará, cediéndola en 1217 a su pariente Alonso Téllez de Meneses, primer repoblador de Alburquerque.
El nombre de Alburquerque (Albus quercus, de origen latino, que significaría 'encina blanca' o bien, Abu-al-Qurq, de origen árabe, siendo su significado 'país de los alcornoques', el cual tiene más lógica siendo prolongada la estancia morisca en el lugar y la abundancia de estos
árboles en la zona) está muy extendido por toda América y Filipinas. Siendo especial la relación de hermanamiento que existe con la ciudad estadounidense de Albuquerque, con sucesivos contactos entre ambas.
El 7 de Julio de 1810 se produce el saqueo de la población por las tropas francesas, produciéndose una heroica defensa y rechace de dicho ataque por
el vecindario de la Villa.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de
Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de
Badajoz. En el censo de 1842 contaba con 1.542 hogares y 5.470 vecinos