Simpática pareja:
En algún lugar de estas páginas dejé un mensaje recordando mis años vividos en Alburquerque; a dicho mensaje contestó cortésmente vuestra abuela, "soy la hija mayor de de. Daniel, el médico..." me decía. Aproximadamente tendría vuestra edad, 8 o 10 años, cuando tuve una caída con fractura del brazo izquierdo. Fue vuestro bisabuelo el encargado de recomponerlo, con una escayola que entonces no se llenaba de firmas de los "compas y colegas" como se lleva ahora. Se trataba de que aquel yeso resistiera de color blanco el mayor tiempo posible. Las madres de aquel tiempo eran, cariñosamente, un poco "mandonas" y no dejaban hacer determinadas cosas, ¡con lo divertido que resulta ahora dejarse llenar de firmas, dibujos y dedicatorias el molesto armazón. !
Conservo la cicatriz que resta del accidente, pero el brazo se recuperó perfectamente.
En efecto, la fachada que aparece al fondo de la foto, al final de La Alameda, (si no me equivoco), era la casa de vuestros bisabuelos.
Un cordial saludo, por esta ocasión de hablar sobre los buenos tiempos pasados de los que me separan casi medio siglo.
Y efectivamente ¡Es un pueblo precioso! M. A.
En algún lugar de estas páginas dejé un mensaje recordando mis años vividos en Alburquerque; a dicho mensaje contestó cortésmente vuestra abuela, "soy la hija mayor de de. Daniel, el médico..." me decía. Aproximadamente tendría vuestra edad, 8 o 10 años, cuando tuve una caída con fractura del brazo izquierdo. Fue vuestro bisabuelo el encargado de recomponerlo, con una escayola que entonces no se llenaba de firmas de los "compas y colegas" como se lleva ahora. Se trataba de que aquel yeso resistiera de color blanco el mayor tiempo posible. Las madres de aquel tiempo eran, cariñosamente, un poco "mandonas" y no dejaban hacer determinadas cosas, ¡con lo divertido que resulta ahora dejarse llenar de firmas, dibujos y dedicatorias el molesto armazón. !
Conservo la cicatriz que resta del accidente, pero el brazo se recuperó perfectamente.
En efecto, la fachada que aparece al fondo de la foto, al final de La Alameda, (si no me equivoco), era la casa de vuestros bisabuelos.
Un cordial saludo, por esta ocasión de hablar sobre los buenos tiempos pasados de los que me separan casi medio siglo.
Y efectivamente ¡Es un pueblo precioso! M. A.