No es justo que se el Arzobispado, el Arzobispo, el Obispo o, en definitiva, la
Iglesia deje que este
edificio se venga abajo. Aparte de que es propiedad de ellos (y de todos los católicos) es propiedad de nuestra
historia y nuestro pasado. Por respeto hacia la historia deberían custodiar con más acierto sus propiedades, y si no pueden mantenerla, que la vendan. También quiero decir que es penoso que se tengan que celebrar misas en la
calle, pero ¿qué pasa con los entierros? ¿Y las
bodas?. Es una
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