La reina consorte y yo, recia moza, diferimos una jartá en cuanto a la apreciación de la cosa pública, pero eso no quiere decir que denigre a la Corona en general.
Es verdad, que calladita en estos asuntos está mucho más guapa y que, en la intimidad, puede opinar lo que le de la gana como ser humano que es, pero ella es la Reina Consorte y, que sepamos los españolitos de a píe, La Corona reina, pero no gobierna. La Corona, ejerce la representación de todos los españolitos y españolazos, incluidos los afiliados al Opus. Cualquiera que sea la España en la que estén o quieran estar, sea republicana, abortista, pija, conservadora, azul, roja, blanca, u obsoleta, pero tenemos un problema aunque no estemos en el espacio Houston; cuando un integrante de la Corona en la intimidad, expresa a una periodista controlada por la mencionada organización religiosa, la idea que tiene sobre unos temas de tan rabiosa y controvertida actualidad, a sabiendas de que su opinión va a ser publicada, o no se ha dado cuenta del alcance de lo que decía, (cosa que me extraña) o le han metido un golazo por el centro de la portería.
Espero que el Rey le haya dicho ya eso de “ ¿por qué no te callas?”. No hables si no es en presencia de tu abogado. Supongo que le habrá informado que hay en marcha desde un tiempo a esta parte una campaña de desprestigio de la Institución guiada, ¿quien lo iba a decir?, precisamente por otras instituciones antes leales que, al parecer, no están satisfechas con el papel que les ha tocado en el reparto de esta función y, por lo tanto, aspiran a un protagonismo más rentable para su idea de la cosa. Así, desde la perspectiva de ERC y de otras parecidas, meten caña con los presupuestos y sus gastos de representación y, desde instancias nada laica, desde sus púlpitos hertzianos, igual o más. Lo que no dice ninguno de ellos, son los suyos, de sus embajadores hermanísimos y de sus Audis tuneados. De sus múltiples mangoneos. De sus negocios bajo cuerda. De cómo obtienen esos dinerales que provienen de los presupuestos generales para sus usos partidistas y, de tantas y tantas cosas, que pierdo la cuenta moza recia.
Hay una derecha por las Españas mocita, que cuando ha dejado de ser monárquica, siempre ha sido golpista y otras cosas peores. Sabe, que una nación de naciones como es la nuestra, cuando falla la cohesión y la idea de continuidad que da esa órgano de representación que es La Corona, esto se convierte en un gallinero donde sólo priva el interés partidista de las facciones en liza. Y ahí, es donde mejor pastan.
La Península no es Francia. En esa Nación, cada cuatro o cinco años se hacen unas elecciones que cuestan a los contribuyentes un buen pastón al objeto, de elegir un representante de todos que, curiosamente, ejerce las mismas funciones que La Corona, pero es partidista, o sea, de un partido y, fíjate tú, se le asigna un montón de pasta gansa para su manutención y demás gastos. Al menos aquí nos ahorramos los derivados de las elecciones.
Salud.
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