¿Tu te das cuenta mocita, el montón de palabrotas y palabras que ha desencadenado el simple anuncio de una huelga por parte jueces y magistrados? Verás, te voy a contar un caso sencillo que no tiene nada que ver con la justicia, sí con el derecho de pernada. Imagínate que una señorita o señor, de esos a los que el señor alcalde de cualquier gran ciudad de las de por aquí le ha puesto un chaleco amarillo con franjas reflectantes y provisto de una maquinita que escanea la matrícula de tu vehículo particular, que te dice, está multado. ¡Pero hombre, o mujer!, ¿Por qué? ¿No pudo decirme que me quitara de aquí, viendo como ve que estoy dentro y esperando? Está usted multado caballero, no haberse parado aquí que está prohibido, ¿o no ve las señales? Sólo le falta añadir.. ¡imbécil! Y te planta una nota en el parabrisas que dice: Nota, su vehículo ha sido denunciado. Y ya está. Nada más. Ahora reclama al maestro armero si quieres. Y lo haces. Y que si quieres coles. Y al cabo de un tiempo te viene una orden de apremio que dice, o pagas o te fundo los plomos. Y te los funde, si no de una manera de la otra.
¿Que a cuento de qué viene todo este rollo? Pues es fácil de adivinar. A lo bien organizado que está el cobro de las perras y a lo mal organizado que está el asunto de la justicia de verdad, pues, mientras que uno, el cobro, es una máquina perfectamente engrasada y en un funcionamiento, lo otro, a lo más que se llega es a alguna declaración de cara a la galería que se hace de vez en cuando para contentar a los telemirones o teleoyentes y, luego, si te he visto, no me acuerdo.
Ya ves, ¡qué espanto! Que dicen los jueces y sus ayudantes, que, o le ponen medios informáticos para saber por donde andan en esta jungla urbana actual, conectados entre sí y entre la policía y las cárceles, o se van al paro un día o dos, ¿y qué más da!, con el retraso que arrastran gracias a la desidia de la administración general? ¿Y quien se preocupa? Que yo sepa nadie. Bueno si, la gente normal. Pero esos, con que vayan a votar cada cuatro años, ya han cumplido su misión. Digo yo que pensarán a juzgar por el poco caso que hacen a un asunto tan sumamente crucial para el buen funcionamiento de un país moderno, y, DEMOCRÁTICO, porque, claro, todo puede ir muy mal, rematadamente mal, pero si la gente pierde la confianza en el último clavo que tienen donde agarrarse, pues ya me dirás...., estamos en lo del derecho de pernada y el mangoneo de los alcaldes multeros con sus trapisondas y sus lacayos incondicionales previo pago en efectivo o en especies.
De lo de la formación de los funcionarios y lo de las oficinas judiciales (que algunas se caen a cachos), de eso ya ni te cuento, pero no te preocupes que enseguida salta como si tuviera un resorte en el culo el iluminado de turno y dice eso de: pues, ¿qué quieren?, si para lo que hacen no se merecen ni el pan que se comen. Si señor, con dos cohones.
Salud
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