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ALMENDRAL: Preguntas que se pierden en el aire....

Preguntas que se pierden en el aire.
Respuestas que se esperan y nunca llegan.
Ecos familiares que no se agregan
a las ondas percibidas al socaire.

Que vuelan libremente por el aire.
Sonido que se escucha tan cercano
y es como el sembrado en que me afano,
el que si produce algo es un desaire.

¡Normal!, dirá a sabiendas el fraire,
que el yerro es cosa del ser muy humano
que busca en las tinieblas casi en vano.

Y menos todavía, siendo espartano
y viviendo en ese sitio tan lejano,
¿a quien le importarás tú, hermano?

Pues si se sabe ya por repetido,
si es harto sabido por manido,
que aquel que tiene el cucharón de palo
de mango largo y ancha cazuela,
engulle, deglute, calla y se amaga,
celoso guardián de su sapiencia
para que no se note su apariencia.

Desde mi boliche-chozo en la falda del Monte Salud, para Piri, en respuesta a su pregunta y como regalo de magos mágicos también una miaja duendes.
De un duendín en el exilio.