Almedral o lalmendral, casi mil quinientos habitantes que yo sepa.
Currantes en edad de producir: ciento cincuenta y ocho.
Incremento de parados en septiembre: un catorce por cien en términos absolutos y un nueve setenta y dos por cien en términos relativos.
Incremento anual de un veinticinco por cien absoluto y un casi diecinueve por cien relativo.
¿No está mal eeeh?
Venga, a darse guantacitos en la espalda que la cosa marcha bien en dirección a Andorra o Gibraltar que está más cerca. Y, en las próximas municipales ya sabéis, todo el mundo firme y al que se menee, ni agua. Los quiero ver a todos con el gorro en la mano, ¡leches! A ver qué coño se va a creer “esa... morralla”.
Pero vamos a lo que nos interesa de verdad, porque esto todo son tonterías. Ahora, que, aunque sea de rebote hemos recibido refuerzos en la Plaza Chica, se va a enterar el sabelotodo ese de la Fuente Seca de la Plaza Grande que está tocándonos los cataplines desde Pueblos de España, ese ególatra engreído a los que los “borregos” que lo leen no se atreven a contestarle. Se va enterar.... ¡coño!, se va enterar quienes somos nosotros los buenos, ¡qué digo buenos!, buenísimos, los impolutos, los limpios de corazón, los de conducta intachable, los inefables seres que tuvimos una feliz infancia merodeando por los huertos locales y degustando las vitaminas que nos proporcionaban sus abundantes, sabrosas y ricas cosechas anuales, crecidas sin necesidad de abonos perjudiciales. Sólo con estiércol. Lástima que, “el régimen”, tuviera que apoyar la dieta con leche en polvo americana, para que creciera fuerte la mano de obra barata que enseguida exportó a otros lugares para levantar “La Patria”.
Salud.
Currantes en edad de producir: ciento cincuenta y ocho.
Incremento de parados en septiembre: un catorce por cien en términos absolutos y un nueve setenta y dos por cien en términos relativos.
Incremento anual de un veinticinco por cien absoluto y un casi diecinueve por cien relativo.
¿No está mal eeeh?
Venga, a darse guantacitos en la espalda que la cosa marcha bien en dirección a Andorra o Gibraltar que está más cerca. Y, en las próximas municipales ya sabéis, todo el mundo firme y al que se menee, ni agua. Los quiero ver a todos con el gorro en la mano, ¡leches! A ver qué coño se va a creer “esa... morralla”.
Pero vamos a lo que nos interesa de verdad, porque esto todo son tonterías. Ahora, que, aunque sea de rebote hemos recibido refuerzos en la Plaza Chica, se va a enterar el sabelotodo ese de la Fuente Seca de la Plaza Grande que está tocándonos los cataplines desde Pueblos de España, ese ególatra engreído a los que los “borregos” que lo leen no se atreven a contestarle. Se va enterar.... ¡coño!, se va enterar quienes somos nosotros los buenos, ¡qué digo buenos!, buenísimos, los impolutos, los limpios de corazón, los de conducta intachable, los inefables seres que tuvimos una feliz infancia merodeando por los huertos locales y degustando las vitaminas que nos proporcionaban sus abundantes, sabrosas y ricas cosechas anuales, crecidas sin necesidad de abonos perjudiciales. Sólo con estiércol. Lástima que, “el régimen”, tuviera que apoyar la dieta con leche en polvo americana, para que creciera fuerte la mano de obra barata que enseguida exportó a otros lugares para levantar “La Patria”.
Salud.