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ALMENDRAL: Todo estaba brumoso...

Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Campanarios lejanos
llaman gente a la iglesia,
y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
aturdido e inquieto,
el paisaje contempla

Y es quee..., hay cosas que recolgando parecen bolsas. Verás te explico recia moza, no recuerdo ahora mismo si alguna vez hemos hablado tú y yo de un señor portugés que se apellida Jaramago (Saramago en su lengua natal), de nombre Pepe. Lo del apellido parece ser que fue una bromita que el del registro civil le gastó a su papá pues, al parece era el mote por el que era conocido en su aldea, Azinhaga. Por lo que dicen le tenían que haber puesto Sousa, pero el muy cabroncete le puso el nombre por el que es conocida una planta herbácea de la familia de las crucíferas. Sea como sea, el caso es que se hizo grande y por su cuenta, aprendió mucho, algo más que los mismos de su edad aunque, como tenía que trabajar y eso y además era más rojo que Caperucita envuelta en su mantón antes de cargarse al lobo feroz de una patada en los güevos, pues, fue perseguido por los adlátares de un señor que lo mangoneaba todo en su País antes de lo de la Revolución de los Claveles y; no sólo no fue a la Universidad ni nada, pero es el caso, que un día le dieron el premio Nobel de literatura.

El tío ha escrito muchas cosas. Un vez escribió una novela en la que el asunto giraba en torno a la presunta separación de la Penísula Iberica del resto de Europa y, otra vez, algo sobre la construcción de un convento y cómo vivía la gente en la época en que se estaba levantando el edificio, que era muy malamente; más o menos, igual que en Lalmendral cuando se levantaron los dos trasatlánticos que ahora vemos en la Plaza Grande. También escribió un evangelio, pero este según Jesucristo y que, al parecer, levantó un montón de ampollas entre la gente de bien, como son tan suceptibles... Pero hace poco, ha escrito un libro que titula Caín y que, por lo que dicen, también está jodiendo mucho al personal. Caín, como sabes, era hijo de Adan y de Eva, una pareja que vivía en un Eden y que además tenían otro hijo que se llamaba Abel. Este último por lo que se ve, le caía mejor al creador de sus padres porque, en vez de hacer lo mismo que su hermano, que era un labrador ruin que sólo le ofrecía lo peor de sus cosechas, él, Abel, le daba los corderos más gorditos y los que tenían una lana más blanca y sedosa, por eso, Caín, todo envidiosos y celoso del trato de favor que le daba a su hermano, un días se puso como un basilisco y, cogiendo un hueso que había sido la quijada de un burro, en un momento de descuido de su hermano, se le lió a darle golpes con ella en la cabeza hasta que lo mató. Bueno, eso es lo que dicen. Yo ni quito ni pongo pero, si el hombre desciende de los árboles y ha ido evolucionando lentamente a lo largo de millones de años lo mismo que los burros, las cebras, los caballo y todos los demás bichos y fieras, o una de dos, o la cosa de la evolución de las especies no está tan clara como dejó dicho el tal Darwin ese, o el burro evolucionó antes que el hombre, manteniéndose hasta ahora en el mismo estado burril de cuando pasó aquel primer fraticidio que ha pasado a la historia y que, terminó con la expulsión del autor de los hechos del Edén en cuestión.
Dónde se estableció, no se sabe muy bien, pero tuvo muchos descendientes, unos más listillos que otros que hablaban todos el idioma de la familia y, hubo una vez, que se pusieron todos de acuerdo para construir una torre muy alta muy alta muy alta, con la intención de alcanzar el cielo y establecerse allí por su cuenta pero, el ojo que todo lo ve si dio cuenta de la maniobra y los confundió de tal manera, que no se entendían los unos con los otros. Por eso el proyecto terminó siendo una cagada. Monumental, eso sí, mira tú.

Salud.