Divide et vinces.
Quienes a lo largo de su existencia han usufructuado todos los bienes terrenales que se han producido en estas nuestras Españas, es lógico que estén absolutamente convencidos de que España es suya, de ellos sólo. De hecho, en cuanto a lo terrenal se refiere, así es efectivamente; todo es suyo, los campos, los bancos, los edificios incluidos los dedicados al culto, las fábricas, las minas y, en fin.., todo todo todo, hasta la capacidad de adiestramiento de los cerebros de quienes, incluso antes de haber nacido, serán sus servidores, lacayos, siervos, criados o como queramos decirlo.
De ahí puede ser que venga ese afán destructor de cualquier núcleo rebelde que les incordia y contraría tanto la buena y regular marcha de sus mecanismos de extracción de esos beneficios a los que ellos, sólo, tienen derecho.
Divide y vencerás dicen que lo dio Julio Cesar, pero también lo podía haber dicho si es que no lo dijo Maquiavelo. Ese filósofo de lo pragmático en cuanto a cómo hacerse con el poder y mantenerse en el a toda costa y cuyas enseñanzas, al parecer, está poniendo en práctica Marianico.
Para ello, se vale de todos sus peones, que son muchos y de diversa categoría, quienes obedientes y bien aleccionados, están plantando la cizaña en todo los campos.
De momento y en los extractos básicos de la pirámide social, se trata de convencer a una gran mayoría de gente, que sin ellos no hay salvación posible, que sólo ellos, tienen esa varita mágica
que los llevará a un mundo superpluscuamperfecto en el cual hallaran el súmmun de la felicidad. Así, aprovechando toda clase de rivalidades, mezquindades humanas, presuntuosidades vanas y el veleidoso pasotismo de algunos, que sólo es aparente; no dudan ni un momento ni desaprovechan ningún medio, para minar restando todo valor y prestigio, a quienes, ellos, con su susodicha justa lógica ven, como un cuerpo extraño incardinado en el núcleo de algo que siempre fue suyo.
Peones, guerreros cruzados o sin cruzar y madres Insulinas tienen a espuertas, no sólo aquí, sino en todas partes quienes se encargan de extender la idea de que lo mejor, es no ir a las urnas y que se joda toda esa gente a los que ellos catalogan entre el bellísmo epíteto de “morralla advenediza”
¿Que no lo crees mocita? Pues lee lee, aquí y en La Plaza Chica donde, éramos pocos y parió abuela.
Salud.
Quienes a lo largo de su existencia han usufructuado todos los bienes terrenales que se han producido en estas nuestras Españas, es lógico que estén absolutamente convencidos de que España es suya, de ellos sólo. De hecho, en cuanto a lo terrenal se refiere, así es efectivamente; todo es suyo, los campos, los bancos, los edificios incluidos los dedicados al culto, las fábricas, las minas y, en fin.., todo todo todo, hasta la capacidad de adiestramiento de los cerebros de quienes, incluso antes de haber nacido, serán sus servidores, lacayos, siervos, criados o como queramos decirlo.
De ahí puede ser que venga ese afán destructor de cualquier núcleo rebelde que les incordia y contraría tanto la buena y regular marcha de sus mecanismos de extracción de esos beneficios a los que ellos, sólo, tienen derecho.
Divide y vencerás dicen que lo dio Julio Cesar, pero también lo podía haber dicho si es que no lo dijo Maquiavelo. Ese filósofo de lo pragmático en cuanto a cómo hacerse con el poder y mantenerse en el a toda costa y cuyas enseñanzas, al parecer, está poniendo en práctica Marianico.
Para ello, se vale de todos sus peones, que son muchos y de diversa categoría, quienes obedientes y bien aleccionados, están plantando la cizaña en todo los campos.
De momento y en los extractos básicos de la pirámide social, se trata de convencer a una gran mayoría de gente, que sin ellos no hay salvación posible, que sólo ellos, tienen esa varita mágica
que los llevará a un mundo superpluscuamperfecto en el cual hallaran el súmmun de la felicidad. Así, aprovechando toda clase de rivalidades, mezquindades humanas, presuntuosidades vanas y el veleidoso pasotismo de algunos, que sólo es aparente; no dudan ni un momento ni desaprovechan ningún medio, para minar restando todo valor y prestigio, a quienes, ellos, con su susodicha justa lógica ven, como un cuerpo extraño incardinado en el núcleo de algo que siempre fue suyo.
Peones, guerreros cruzados o sin cruzar y madres Insulinas tienen a espuertas, no sólo aquí, sino en todas partes quienes se encargan de extender la idea de que lo mejor, es no ir a las urnas y que se joda toda esa gente a los que ellos catalogan entre el bellísmo epíteto de “morralla advenediza”
¿Que no lo crees mocita? Pues lee lee, aquí y en La Plaza Chica donde, éramos pocos y parió abuela.
Salud.
