¿Dichos populares?
A brazo partido: Locución utilizada -especialmente- en compañía de los verbos «trabajar» y «luchar». Expresa que una acción ha sido realizada con mucha intensidad, debido a que «brazo partido» literalmente significa «con los brazos solos, sin armas».
A buen entendedor, pocas palabras: La persona inteligente comprende rápidamente lo que se le quiere decir, sin necesidad de que las cosas le sean dichas con muchas palabras.
A buen puerto vas por leña: Expresa la idea de acudir al lugar menos indicado en busca de ayuda, comparando la acción con la de los antiguos navegantes que acostumbraban a arribar a los puertos donde se los proveía de madera.
A caballo regalado no se le miran los: Cuando alguien recibe cualquier tipo de regalo o presente, debe hacerlo sin cuestionar el obsequio y limitarse a aceptarlo tal como es. La parte final de la locución proviene de la antigua costumbre de revisar la dentadura de los caballos para conocer el estado de salud del animal.
A cada cerdo le llega su sanmartín: No hay persona a la que no le llegue el momento de padecimiento. El origen de este proverbio tiene relación con la fecha del 11 de noviembre, día en que se celebra la festividad de San Martín de Tours, taumaturgo y milagrero francés, elegido por sorteo patrono de la ciudad de Buenos Aires. Ese día, con motivo de la celebración, la tradición indicaba que se comiera cerdo. Otra versión, afirma que «sanmartín» era el nombre dado a cierto cuchillo que se usaba para trocear a los cerdos. En cualquiera de los casos, la palabra "sanmartín" se escribe con minúscula inicial por tratarse de un sustantivo común y así aparece en todos los diccionarios.
A Dios rogando y con el mazo: No solamente hay que rogar y pedir a Dios que nos ayude; también debemos poner todo de nuestra parte.
A falta de pan, buenas son tortas: No siempre tenemos todo lo que deseamos, por eso, muchas veces debemos conformarnos con lo que tenemos, aunque sea menos de lo deseado o merecido.
A grandes males, grandes: Cuanto mayor sea el mal, mayor deberá ser la solución que se propone y mayor el esfuerzo de nuestra parte para conseguirlo.
A la vejez, viruela: Las cosas suceden en el debido momento cronológico. Por lo general, la viruela era una enfermedad propia de la infancia o adolescencia, de manera que era casi excepcional que un anciano la padeciera. Trasladada la frase a cualquier ámbito, puede aplicarse a las personas mayores que se atreven con actividades propias de la juventud. La expresión 'a la vejez, viruelas' es el título de una comedia escrita por el dramaturgo don
A lo hecho, pecho: Ante la adversidad y luego del hecho consumado, poner el pecho, como cuando alguien se enfrenta con un peligro, admitiendo su responsabilidad en él.
A mal tiempo, buena cara: Hay que saber sobrellevar los reveses de la suerte, tratando de poner de nuestra parte el máximo esfuerzo para superar los malos momentos.
A otra cosa, mariposa: Frase familiar usada para descalificar el tratamiento de un tema, debido a que ya está superado. Equivale a "demos vuelta la página".
A palabras necias, oídos sordos: No hay que hacer caso del que habla sin razón u ofende a las personas que tiene en su alrededor.
tal señor, tal honor: Reconocimiento para quien admite sus errores públicamente y pide perdón por sus equivocaciones.
A troche y moche: Indiscriminadamente, de manera disparatada. La comparación surge de la acción del leñador chapucero que, en muchos casos, no respeta las normas de la poda y troncha los árboles, o sea, los corta de raíz.
Adonde fueres haz lo que vieres: Es una sugerencia para que a la persona le resulte fácil la adaptación a un lugar. Conviene observar cómo actúan los que allí viven y tratar de hacer lo propio.
Afortunado en el juego, desafortunado en el amor: La fortuna suele acompañar a algunos en el juego; a otros, en el amor, aunque todos sabemos que, a algunas personas, la diosa de la suerte suele acompañarlas en ambos casos.
Agachar el lomo: Ponerse, materialmente, a trabajar, concentrarse en una tarea. La expresión es en sentido figurado, pero lo mismo es una exhortación al trabajo físico.
Agarrar para el lado de los tomates: Interpretar mal alguna explicación o respuesta, irse por las ramas. El origen se relaciona con la planta del tomate, que es propensa a contraer pestes, por lo que es necesario plantarla en un lugar alejado. Otra versión asegura que la frase se origina en la facilidad con que esta planta se desarrolla hacia cualquier sentido si no se la guía en su crecimiento y entonces, "agarra" para cualquier lado.
Agua que no has de beber, déjala correr: No debemos acaparar cosas que no necesitamos. Retengamos todo aquello que nos es imprescindible para la vida y no nos quedemos con lo superfluo.
Ahí está la madre del borrego: Expresión que se utiliza como interjección, para dar a entender que, finalmente, la persona que la exclama ha comprobado una verdad o ha descubierto un hecho. Podría equivaler a ese es el quid de la cuestión.
Ahí le aprieta el zapato: La expresión ha sido sacada de un simpático cuento castellano protagonizado por un cura y un zapatero. Este último, muy apesadumbrado, fue a visitar al párroco para contarle que quería separarse de su mujer. En un intento de disuadirlo, el cura comenzó a relatarle las cualidades de su esposa: "Es bella, es buena cocinera, es una cristiana modelo..." Entonces, el zapatero mostró sus zapatos al cura, y le dijo: ¿Qué le parece este par? El párroco respondió: "Me parecen unos hermosos zapatos, hechos con una piel muy buena y parecen cómodos". Y el artesano replicó: "Así es, padre, pero usted no puede saber dónde me aprietan". La frase ha quedado para ser utilizada cuando se descubre el punto débil de una persona, o algo que le molesta o duele sobremanera.
Un dicho muy parecido a éste es 'yo sé dónde me aprieta el zapato' y proviene de una anécdota que cuenta Plutarco en sus Vidas Paralelas. El filósofo griego cuenta que un patriarca romano tenía por esposa a una hermosa y fiel dama, y, sin embargo, la repudió. Los amigos, que no daban crédito a la decisión del patriarca, reprobaron su postura, pero él les contestó lo siguiente: " ¿Veis mi calzado? ¿Habéis visto otro mejor trabajo, ni más elegante? Sin embargo, yo sé en dónde me lastima el pie".
Ahogarse en un vaso de agua: Rendirse ante la primera dificultad, sin intentar sobrellevar el inconveniente.
Ahuecar el ala: Literalmente, significa «partir, irse de un lugar» y la expresión está tomada del movimiento que hacen las aves cuando vuelan, luego imitada por los aviones, que ahuecan el ala para controlar la dirección del viento.
Al mejor cazador se le escapa la liebre: Habla de la falibilidad del hombre, por más destacado que sea en su actividad. Todos cometemos errores alguna vez.
Al pan, pan y al vino, vino: Llamemos a las cosas por su nombre, sin eufemismos. Una empresa elaboradora de vinos parafraseó esta expresión, hace algunas décadas, con el eslogan al pan, pan y al vino... Toro.
Al pie de la letra: El verdadero sentido de esta frase expresa que se transcribe fielmente un texto, aunque entre nosotros, encierra la idea de la repetición literal de una orden o mandato.
Al que Dios no le da hijos el Diablo le da sobrinos: Hace referencia a la naturaleza inquieta y traviesa de los niños que suelen molestar a los mayores. Si alguien no tuvo la dicha de recibir hijos, se supone que Dios lo proveerá de sobrinos para que sienta «en carne propia» lo que es «padecer» a los chicos.
Al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen: Frase tomada del Martín Fierro, de José Hernández, en la que se hace referencia a lo vano e inútil de los intentos por ocultar las verdaderas características de la personalidad humana. La expresión al ñudo -que no debe ser pronunciada como si fuera añudo- que lo fajen es propia del Río de la Plata, quiere decir «inútilmente, en vano» y proviene de la costumbre de ceñir a los bebés con una faja.
A brazo partido: Locución utilizada -especialmente- en compañía de los verbos «trabajar» y «luchar». Expresa que una acción ha sido realizada con mucha intensidad, debido a que «brazo partido» literalmente significa «con los brazos solos, sin armas».
A buen entendedor, pocas palabras: La persona inteligente comprende rápidamente lo que se le quiere decir, sin necesidad de que las cosas le sean dichas con muchas palabras.
A buen puerto vas por leña: Expresa la idea de acudir al lugar menos indicado en busca de ayuda, comparando la acción con la de los antiguos navegantes que acostumbraban a arribar a los puertos donde se los proveía de madera.
A caballo regalado no se le miran los: Cuando alguien recibe cualquier tipo de regalo o presente, debe hacerlo sin cuestionar el obsequio y limitarse a aceptarlo tal como es. La parte final de la locución proviene de la antigua costumbre de revisar la dentadura de los caballos para conocer el estado de salud del animal.
A cada cerdo le llega su sanmartín: No hay persona a la que no le llegue el momento de padecimiento. El origen de este proverbio tiene relación con la fecha del 11 de noviembre, día en que se celebra la festividad de San Martín de Tours, taumaturgo y milagrero francés, elegido por sorteo patrono de la ciudad de Buenos Aires. Ese día, con motivo de la celebración, la tradición indicaba que se comiera cerdo. Otra versión, afirma que «sanmartín» era el nombre dado a cierto cuchillo que se usaba para trocear a los cerdos. En cualquiera de los casos, la palabra "sanmartín" se escribe con minúscula inicial por tratarse de un sustantivo común y así aparece en todos los diccionarios.
A Dios rogando y con el mazo: No solamente hay que rogar y pedir a Dios que nos ayude; también debemos poner todo de nuestra parte.
A falta de pan, buenas son tortas: No siempre tenemos todo lo que deseamos, por eso, muchas veces debemos conformarnos con lo que tenemos, aunque sea menos de lo deseado o merecido.
A grandes males, grandes: Cuanto mayor sea el mal, mayor deberá ser la solución que se propone y mayor el esfuerzo de nuestra parte para conseguirlo.
A la vejez, viruela: Las cosas suceden en el debido momento cronológico. Por lo general, la viruela era una enfermedad propia de la infancia o adolescencia, de manera que era casi excepcional que un anciano la padeciera. Trasladada la frase a cualquier ámbito, puede aplicarse a las personas mayores que se atreven con actividades propias de la juventud. La expresión 'a la vejez, viruelas' es el título de una comedia escrita por el dramaturgo don
A lo hecho, pecho: Ante la adversidad y luego del hecho consumado, poner el pecho, como cuando alguien se enfrenta con un peligro, admitiendo su responsabilidad en él.
A mal tiempo, buena cara: Hay que saber sobrellevar los reveses de la suerte, tratando de poner de nuestra parte el máximo esfuerzo para superar los malos momentos.
A otra cosa, mariposa: Frase familiar usada para descalificar el tratamiento de un tema, debido a que ya está superado. Equivale a "demos vuelta la página".
A palabras necias, oídos sordos: No hay que hacer caso del que habla sin razón u ofende a las personas que tiene en su alrededor.
tal señor, tal honor: Reconocimiento para quien admite sus errores públicamente y pide perdón por sus equivocaciones.
A troche y moche: Indiscriminadamente, de manera disparatada. La comparación surge de la acción del leñador chapucero que, en muchos casos, no respeta las normas de la poda y troncha los árboles, o sea, los corta de raíz.
Adonde fueres haz lo que vieres: Es una sugerencia para que a la persona le resulte fácil la adaptación a un lugar. Conviene observar cómo actúan los que allí viven y tratar de hacer lo propio.
Afortunado en el juego, desafortunado en el amor: La fortuna suele acompañar a algunos en el juego; a otros, en el amor, aunque todos sabemos que, a algunas personas, la diosa de la suerte suele acompañarlas en ambos casos.
Agachar el lomo: Ponerse, materialmente, a trabajar, concentrarse en una tarea. La expresión es en sentido figurado, pero lo mismo es una exhortación al trabajo físico.
Agarrar para el lado de los tomates: Interpretar mal alguna explicación o respuesta, irse por las ramas. El origen se relaciona con la planta del tomate, que es propensa a contraer pestes, por lo que es necesario plantarla en un lugar alejado. Otra versión asegura que la frase se origina en la facilidad con que esta planta se desarrolla hacia cualquier sentido si no se la guía en su crecimiento y entonces, "agarra" para cualquier lado.
Agua que no has de beber, déjala correr: No debemos acaparar cosas que no necesitamos. Retengamos todo aquello que nos es imprescindible para la vida y no nos quedemos con lo superfluo.
Ahí está la madre del borrego: Expresión que se utiliza como interjección, para dar a entender que, finalmente, la persona que la exclama ha comprobado una verdad o ha descubierto un hecho. Podría equivaler a ese es el quid de la cuestión.
Ahí le aprieta el zapato: La expresión ha sido sacada de un simpático cuento castellano protagonizado por un cura y un zapatero. Este último, muy apesadumbrado, fue a visitar al párroco para contarle que quería separarse de su mujer. En un intento de disuadirlo, el cura comenzó a relatarle las cualidades de su esposa: "Es bella, es buena cocinera, es una cristiana modelo..." Entonces, el zapatero mostró sus zapatos al cura, y le dijo: ¿Qué le parece este par? El párroco respondió: "Me parecen unos hermosos zapatos, hechos con una piel muy buena y parecen cómodos". Y el artesano replicó: "Así es, padre, pero usted no puede saber dónde me aprietan". La frase ha quedado para ser utilizada cuando se descubre el punto débil de una persona, o algo que le molesta o duele sobremanera.
Un dicho muy parecido a éste es 'yo sé dónde me aprieta el zapato' y proviene de una anécdota que cuenta Plutarco en sus Vidas Paralelas. El filósofo griego cuenta que un patriarca romano tenía por esposa a una hermosa y fiel dama, y, sin embargo, la repudió. Los amigos, que no daban crédito a la decisión del patriarca, reprobaron su postura, pero él les contestó lo siguiente: " ¿Veis mi calzado? ¿Habéis visto otro mejor trabajo, ni más elegante? Sin embargo, yo sé en dónde me lastima el pie".
Ahogarse en un vaso de agua: Rendirse ante la primera dificultad, sin intentar sobrellevar el inconveniente.
Ahuecar el ala: Literalmente, significa «partir, irse de un lugar» y la expresión está tomada del movimiento que hacen las aves cuando vuelan, luego imitada por los aviones, que ahuecan el ala para controlar la dirección del viento.
Al mejor cazador se le escapa la liebre: Habla de la falibilidad del hombre, por más destacado que sea en su actividad. Todos cometemos errores alguna vez.
Al pan, pan y al vino, vino: Llamemos a las cosas por su nombre, sin eufemismos. Una empresa elaboradora de vinos parafraseó esta expresión, hace algunas décadas, con el eslogan al pan, pan y al vino... Toro.
Al pie de la letra: El verdadero sentido de esta frase expresa que se transcribe fielmente un texto, aunque entre nosotros, encierra la idea de la repetición literal de una orden o mandato.
Al que Dios no le da hijos el Diablo le da sobrinos: Hace referencia a la naturaleza inquieta y traviesa de los niños que suelen molestar a los mayores. Si alguien no tuvo la dicha de recibir hijos, se supone que Dios lo proveerá de sobrinos para que sienta «en carne propia» lo que es «padecer» a los chicos.
Al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen: Frase tomada del Martín Fierro, de José Hernández, en la que se hace referencia a lo vano e inútil de los intentos por ocultar las verdaderas características de la personalidad humana. La expresión al ñudo -que no debe ser pronunciada como si fuera añudo- que lo fajen es propia del Río de la Plata, quiere decir «inútilmente, en vano» y proviene de la costumbre de ceñir a los bebés con una faja.