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ALMENDRAL: Vaya por delante, que la mujer tipo que a mi me ha...

No voy a usar el dialecto que os gastáis por ahí de vez en cuando para responder, porque tardaría siglos en escribir, y porque es verdad que el corrector ortográfico echaría humo.
Es cierto que cada región, pueblo, ciudad, nación, es consecuencia de su historia, de los avatares que les ha tocado vivir, y de los jarrapellejos de turno, que les ha tocado padecer, y que cada uno ha evolucionado más o menos rápido, mejor o peor con los tiempos.
Yo no conozco mucho Extremadura (un poco las Hurdes y la zona de Trujillo), pero en cualquier caso creo que ya tiene muy superado eso que dices de los complejos o baja autoestima, al menos es la sensación que me ha dado con el trato de su gente.
Lejos (afortunadamente bien lejos), están aquellas muchachas “jurdanas”, que me han contado, venían a la meseta, junto a su familia a dormir en las casillas o enramadas, a trabajar como “atarinas”, en la recolección del cereal.
Lo realmente preocupante es la emigración y el desarraigo, y como no, el olvido.
Un saludo.

Vaya por delante, que la mujer tipo que a mi me ha gustado siempre, es aquella que siendo alta y delgada como su madre, tiene bigotes, como su padre, dónde, eso ya es otro cantar.

Es verdad, que cada región, mejor dicho, el pueblo o los pueblos que viven en un determinado ámbito geográfico, han evolucionado como dices, en función de sus circunstancias. Pero yo, mocita, te hablo desde mi perspectiva. Lo que no quiere decir que esté en posesión de verdad alguna. Sólo es un punto de vista, el que tengo según mis propias vivencias y lo que capto de aquí y de allá.

Excuso decir que, desde aquellos años en que el Rey Alfonso XIII visitó Las Hurdes a caballo hasta nuestros días, han caído muchos chaparrones por estas tierras de tránsito que han sido siempre La Lusitánia. Hoy, para llegar a cualquier rincón, hay buenos caminos. Las comunicaciones han adelantado que da gusto. La calidad y la esperanza de vida gracias a los adelantos en medicina y conocimientos de hábitos higiénicos, están a cien mil años luz de aquellos días. Hoy, es un placer para la vista y los sentidos, merodear por los senderos de estos valles y montañas de la Trassierra.

Hoy, con un poco más de vista de muchos comerciantes y hoteleros, la gente de medio pelo como la moza de la fuente del concejo almendralense y yo, por estas tierras, estas inmensas tierras, habría muchísimas personas españolas y del resto de Europa, que se pirrarían por pasar al menos una semanita al año entre nosotros y quizá, algunas se quedarían por aquí porque, ¿dónde iban a vivir mejor? ¿Dónde iban a encontrar estos espacios vírgenes? ¿Dónde tantos testimonios de un pasado y unas culturas que dejaron su impronta grabada por todos los recodos de todos los campos, ciudades y caminos?

Sólo faltaría, que a estas alturas de la vida, los extremeños fuésemos acomplejados por el mundo. Quizás te parezca una bravata, pero, actualmente, se puede decir que el litoral extremeño tiene más kilómetros de costa que muchas regiones del perímetro peninsular. Si, es una bravata, pero quiero decir, que hay mucha agua, ya sabes, fuente de vida, y no es costa, sino terrenos inundados, pero...., menos da un peñasco y en comparación con los tiempos pasados y quizá al esfuerzo de los que se fueron y muchos de los que se quedaron, hoy Extremadura, en comparación, es un buen lugar para vivir.

No, no verás a las jurdanas con sus bonitos trajes recargados de ringorrangos bordados a mano (a no ser para algún acto folclórico) ni vestidas de trapillo mendigando un trabajo para poder alimentarse. ¡A las diosas de la naturaleza gracias!

Aquellas migraciones masivas, con todo lo que arrastraron detrás, ojalá no se vuelvan a repetir, pero te puedo asegurar, que aunque mucha gente sienten un profundo desapego hacía unas personas poco solidarias por no decir perversas, que los trataron y aún los siguen tratando con suma dureza, la mayoría, en su fuero interno, sienten una irrefrenable atracción por el lugar donde nacieron.

Salud.