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ALMENDRAL: ¡Hola mocita! Que tengas buen día aunque veo que el...

Yo también hablo desde mi punto de vista, y desde, repito, el poco conocimiento que tengo de las circunstancias, y con la osadía que me da la ignorancia (de la que prefiero no abusar), porque no me gusta que me pillen en lencería más o menos fina o de esparto.
Y me alegro infinito de todo lo que cuentas, no hay nada perdido mientras las raíces sigan ancladas en el terruño, avance sin olvido.

En cuanto a la tipología de las féminas, te diré que casi prefiero las que tienen bien puestos los ovarios (esa tiene “cuatro reñones” decía mi abuelo), más que nada porque por esas cosas de los atavismos modales, los bigotes dicen, nos quedan mal y están mal vistos, (seguro que el/la inventor/a de la idea, es dueño/a de algún negocio depilatorio,...)

Un saludo

¡Hola mocita! Que tengas buen día aunque veo que el cielo está panza burra con posibles lloviznas. Quince grados de máxima al medio día. No está mal. A ver si llueve a chuzo y echan agua los caños de tu fuente seca.

Pero ayer, se celebraron actos en muchos sitios de estas nuestras Españas para que las mujeres se vayan concienciando de que no se tienen que soportar tratos vejatorios y menos agresiones que procedan de sus otrora ideales machitos. Ni de ningún otro. Por eso, ante esas actitudes, es necesario poner sobre la tabla cuando sea preciso, los cuatro riñones y, si se tercia, enseñarle los bigotes al ejemplar en cuestión.

Y al hilo de esto, me he acordado de una poetisa de Almendralejo, nada más y nada menos que de Carolina Coronado y de estos sus versos:

EL MARIDO VERDUGO.
¿Teméis de ésa que puebla las Montañas
turba de brutos fiera el desenfreno?...
¡más feroces dañinas alimañas
la madre sociedad nutre en su seno!

Bullen, de humanas formas revestidos,
torpes vivientes entre humanos seres,
que ceban el placer de sus sentidos
en el llanto infeliz de las mujeres.

No allá a las lides de su patria fueron
a exhalar de su ardor la inmensa llama;
nunca enemiga lanza acometieron,
que otra es la lid que su valor inflama.

Nunca el verdugo de inocente esposa
con noble lauro coronó su frente:
¡Ella os dirá temblando y congojosa
las gloriosas hazañas del valiente!

Ella os dirá que a veces siente el cuello
por sus manos de bronce atarazado,
y a veces el finísimo cabello
por las garras del héroe arrebatado.

Que a veces sobre el seno trasparente
cárdenas huellas de sus dedos halla;
que a veces brotan de su blanca frente
sangre las venas que su esposo estalla.

¡Y que ¡ay! del tierno corazón llagado
más sangre, más dolor la herida brota,
que el delicado seno macerado,
y que la vena de sus sienes rota!

Así hermosura y juventud al lado
pierde de su verdugo; así envejece:—
así lirio suave y delicado
junto al áspero cardo arraiga y crece.

Y así en humanas formas escondidos,
cual bajo el agua del arroyo el cieno,
torpes vivientes al amor uncidos
la madre sociedad nutre en su seno.

Nacio Carolina un doce de diciembre de 1.823, ya a los diez años escribía poemas. A los trece, su paisano Espronceda, que ya estaba granado, se fijó en ella y le dedico unos versos. Mujer amiga de las libertades, no se las tubo que ver con el El Felón (porque este ya había ido al cortijo de las malvas cuando ella empezó a destacar) ni tuvo que salir pitando de España como José. Dicen que era amiga de Isabel II. Una cosa no quita la otra. En 1944 y quizá debido a su temperamento nervioso, tuvo un ataque de catalepsia y hasta se publicó la noticia de su muerte. Murió el año 1.911 en Poço de Bispo, (Portugal).
¡Larga vida den las diosas a los genios! Y para adelantada del “feminismo”, Ella.

Salud.