Tu que conoces el junco
donde el pato hace la cama
y el sabor de la retama
y el lecho de aquel ballunco.
Tu que conoces la flor
y el aroma del tomillo,
el trinar del pajarillo
y el encanto del rumor.
Te fuiste por la mañana,
te vas por los vericuetos
y te llevas tus secretos.
Poesía,
sí señor,
desde Frankfurt
o Estambul.
Poesía:
Que brota en las mentes de extremeños o de gallegos que se llamen Juan o Pedro o Romero o Ruiz, al recordar la sementera o los anchos y fértiles campos que están a la vera de cualquier regato más o menos amplio donde transcurrió un periodo de su vida más o menos infantil.
Añoranzas:
Donde a veces se afianza la razón de ser, la identidad, la forma de comportarse y de hablar, pues no en balde, son cosas que se mamaron y eso no se puede olvidar.
Y a mi también:
Un lucero me contó
que en noche de luna llena
te esperaba una sirena
y junto al mar te llevó.
Así que:
Dioniso o Baco,
dios juguetón
del ciberespacio,
desatranca tu mollera
esa tan peliculera
y vuélvete ya de Moscú,
que estás como un regadera
igual que las de los lateros,
pero carcomida y oxidada;
pues no en vano,
en cacúmenes poco sanos
el dulce zumo de parra
acaba causando estragos.
Salud.
donde el pato hace la cama
y el sabor de la retama
y el lecho de aquel ballunco.
Tu que conoces la flor
y el aroma del tomillo,
el trinar del pajarillo
y el encanto del rumor.
Te fuiste por la mañana,
te vas por los vericuetos
y te llevas tus secretos.
Poesía,
sí señor,
desde Frankfurt
o Estambul.
Poesía:
Que brota en las mentes de extremeños o de gallegos que se llamen Juan o Pedro o Romero o Ruiz, al recordar la sementera o los anchos y fértiles campos que están a la vera de cualquier regato más o menos amplio donde transcurrió un periodo de su vida más o menos infantil.
Añoranzas:
Donde a veces se afianza la razón de ser, la identidad, la forma de comportarse y de hablar, pues no en balde, son cosas que se mamaron y eso no se puede olvidar.
Y a mi también:
Un lucero me contó
que en noche de luna llena
te esperaba una sirena
y junto al mar te llevó.
Así que:
Dioniso o Baco,
dios juguetón
del ciberespacio,
desatranca tu mollera
esa tan peliculera
y vuélvete ya de Moscú,
que estás como un regadera
igual que las de los lateros,
pero carcomida y oxidada;
pues no en vano,
en cacúmenes poco sanos
el dulce zumo de parra
acaba causando estragos.
Salud.