Decir que las personas tenemos más defectos que virtudes, es como inventar la sopa de de ajo, casi una perogrullada, pero es verdad. Andando por los caminos romanos de este conjunto de pueblos que vivimos en esta península que podemos llamar tranquilamente España para entendernos, o Iberia, para que no se mosqueen los portugueses; nos podemos encontrar de todo, como en botica. Por eso quizás, siempre vamos con la mosca detrás de la oreja, pero a veces, tras desbrozar el campo, nos encontramos que no todos los árboles y arbustos se deben condenar a la fuguera; que hay muchos que tienen que ser indultados y dejar que crezcan porque sus frutos son aprovechables para personas y animales. Y su sombra también.
Esta mañana, desde L´Almendral, me he acercado en una volá, hasta Viegu, de Asturies, y ya que estaba por allí, me he entretenido un rato leyendo en Asturianu, encontrando, ¿cómo no?, un buen montón de palabras iguales o parecidas a las que nosotros usamos p´quí cuando entramos en coloquio. Incluyendo el yeísmo, que por nuestros contornos es lo normal, puede que heredado de las falas astúricas.
Y he ido a ese pueblo montañés, porque Manuel nos ha dejado aquí una de sus composiciones poéticas, que como siempre, va dirigida directamente haza el corazón de las buenas y de las malas gente, cualquiera que sean las ideas con las que comulguen. Actitud no siempre bien comprendida a mi juicio, porque siempre escribe en positivo, cosa que es de agradecer en estos tiempos y por estas páginas en las que casi todos los que nos metemos, pugnamos por ver quien la suelta más gorda y en detrimento de los otros.
Gracias Manué.
Salud.
Esta mañana, desde L´Almendral, me he acercado en una volá, hasta Viegu, de Asturies, y ya que estaba por allí, me he entretenido un rato leyendo en Asturianu, encontrando, ¿cómo no?, un buen montón de palabras iguales o parecidas a las que nosotros usamos p´quí cuando entramos en coloquio. Incluyendo el yeísmo, que por nuestros contornos es lo normal, puede que heredado de las falas astúricas.
Y he ido a ese pueblo montañés, porque Manuel nos ha dejado aquí una de sus composiciones poéticas, que como siempre, va dirigida directamente haza el corazón de las buenas y de las malas gente, cualquiera que sean las ideas con las que comulguen. Actitud no siempre bien comprendida a mi juicio, porque siempre escribe en positivo, cosa que es de agradecer en estos tiempos y por estas páginas en las que casi todos los que nos metemos, pugnamos por ver quien la suelta más gorda y en detrimento de los otros.
Gracias Manué.
Salud.