El discurso del envidioso es repetitivo, monocorde y compulsivo. Detras de ese sentimiento se esconden complejos, fustraciones e insatisfaciones que impiden gozar de la vida.
Dioniso, te recomendaria un poco de vida contemplativa, goza de los tuyos, observa la
naturaleza, la
fauna y la
flora; y disfruta de lo que tienes para poder combatir este sentimiento tan pernicioso.