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Oh tú, cruel ser demoníaco
que no impides la nevada,
tú, remendón de zapato
a quien yo no quiero nada.
Márchate, yo a ti te ruego
porque yo la buena hada,
quiero que esté quien yo quiero
al frente de mi camada.
Por tu culpa calor hace,
por tu culpa mucho llueve,
el Polo Sur se deshace
y La Patronal ni se mueve.
O sea sé, que ni menearse,
tampoco el cura ni el fraile
y el banquero, no va a apearse
de donde chupa buen aire.
Malo, eres requetemalo
y por tu culpa cae nieve
que me deja congelado
y no es enfermedad leve.
¡No, zipizape cetapé!
¡Marianiño y cierra Spaña!
Que ya lo dijo don Manué,
ambos de buena calaña.
Con ellos dos de timonel
tendríamos buena cosecha
y navegaría este bajel
tan veloz como una flecha.
Y no llovería
ni nevaría,
ni haría frío
ni calor.
La bolsa no bajaría
y viviríamos mejor.
Y los sastres y mangantes
juntos con un tal señor Millet
y hasta con los de la CEOE,
serían lindos serafines
en el limbo de La Caixa
o en el de Caja Madrid.
Salud.
Oh tú, cruel ser demoníaco
que no impides la nevada,
tú, remendón de zapato
a quien yo no quiero nada.
Márchate, yo a ti te ruego
porque yo la buena hada,
quiero que esté quien yo quiero
al frente de mi camada.
Por tu culpa calor hace,
por tu culpa mucho llueve,
el Polo Sur se deshace
y La Patronal ni se mueve.
O sea sé, que ni menearse,
tampoco el cura ni el fraile
y el banquero, no va a apearse
de donde chupa buen aire.
Malo, eres requetemalo
y por tu culpa cae nieve
que me deja congelado
y no es enfermedad leve.
¡No, zipizape cetapé!
¡Marianiño y cierra Spaña!
Que ya lo dijo don Manué,
ambos de buena calaña.
Con ellos dos de timonel
tendríamos buena cosecha
y navegaría este bajel
tan veloz como una flecha.
Y no llovería
ni nevaría,
ni haría frío
ni calor.
La bolsa no bajaría
y viviríamos mejor.
Y los sastres y mangantes
juntos con un tal señor Millet
y hasta con los de la CEOE,
serían lindos serafines
en el limbo de La Caixa
o en el de Caja Madrid.
Salud.
