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ALMENDRAL: Llegaron de Oriente unos magos preguntando por el rey...

Llegaron de Oriente unos magos preguntando por el rey de los judíos.
Dicen que uno de Europa y que en hebreo se llamaba Magalath, Melchor para nosotros (rey de la luz). Llevaba oro.

Otro era de más allá de Oriente Próximo, ¿Asia? Su nombre era Serakin, el ahora Gaspar, quien llevaba incienso u olíbano, sustancia que se saca de un arbolillo del desierto arábigo y que todavía es muy apreciada y, por lo que dicen, cara, en Oriente Próximo.

El tercero se llama hoy Baltasar, pero en hebreo se decía Galgalath y al parecer llegaba desde Mesopotamia, que era el territorio entre el Tigris y el Éufrates. (ese mismo donde hoy no pasa día sin que mueran cincuenta o sesenta personas reventadas por una o varias explosiones o a tiro limpio). Llevaba mirra, que por lo que dicen, es una resina gomosa aromática parecida al incienso.

Por lo que se ve, los tres eran sabios, o sea, magos y, en principio, todos eran blancos, de tez blanca.
Los armenios dicen que eran doce, y las iglesias bizantinas u ortodoxas de hoy, los siguen pintando con la piel blanca, así como en el románico. Fue después, con el gótico, en la Edad Media, cuando se pintó a Baltasar de negro; supongo que para tener uno de cada color. O sea, el europeo blanco con y pelo moreno, el más oriental igual pero con el pelo castaño aunque por aquí va de rubio y el negro. Lo que no tengo claro es, por qué el más oriental de todos, no tiene los ojos rasgados.

Como hay tres continentes representados, Asía, Europa y África, nos falta América y Oceanía y sus canguros, supongo que porque todavía se ignoraba su existencia. Y es que esta historia es bastnte confusa y difusa y por lo que se dice y ve, tergiversada. ¿Cómo se les ocurre a unos hombres sabios o magos, ir a preguntarle a Herodes que dónde estaba el rey de los judíos? Así pasó lo que tenía que pasar, si es que pasó, porque no está tampoco muy claro eso de que se cargaran por su orden a todos los niños que nacieron por aquellas fechas en el territorio bajo su control.

Pasara lo que pasara, el caso es que aquí estamos, comprando desaforadamente todo tipo de cacharritos para nuestros tiernos infantes, pero en África, Asia y muchos países de Suramérica, los niños como los nuestros, siguen muriendo de hambre, de sed, o a consecuencias de enfermedades que se podrían evitar con un coste irrisorio en comparación con lo que nosotros derrochamos estos días en cosméticos o con lo que las farmacéuticas se gastan en propaganda de sus productos, la mayoría inservibles.

Bienvenidos seáis reyes mágicos, ya que, al fin y al cabo, sois una ilusión de mayores que queremos olvidar por un rato la cruda realidad y que, quizá por eso, tratamos de que nuestros retoños tengan esos momentos de felicidad que, puede ser que algunos de nosotros no tuvimos ocasión de disfrutar cuando éramos como ellos.
Salud.