ALMENDRAL: Cuando los tres cerditos decidieron ponerse a trabajar...

Cuando los tres cerditos decidieron ponerse a trabajar juntos para construir una casa de piedra en medio del bosque dónde refugiarse, que fuera fuerte e impedir así que el lobo feroz se los comiera, no tardaron en darse cuenta que les faltaba un maestro de obra, un líder que les dijera qué tenían que hacer cada uno en cada momento. Un director que los coordinara. Así, que buscaron a uno en el sotobosque, y por una feliz coincidencia, se toparon con un jabalí experto en la materia que acepto el cargo y se pusieron rápidamente manos a la obra.

El lobo feroz, que era más feo que pifio, jorobado, desgalichado, tuerto estrábico, patizambo y con más hambre que pulgas, y mira que tenía parásitos.., oyó la conversación y los términos del contrato
pero, viendo que estando los cuatro juntos era difícil hincarle los colmillos, decidió dejarlos que se pusieran a trabajar en su choza de piedra a ver si cuando estuvieran más cansados, les podía meter mano.

La pandilla inició la faena con gran entusiasmo empezando por talar toda clase de árboles y arbolitos para abrir un gran claro en medio del bosque y así poder otear mejor el horizonte, no fuera a ser, que el lobucho los cogiera descuidados y se comiese a alguno.

Como entre los hermanos; porque los cerditos eran hermanos, había una hermosa cerdita, el jabalí se prendó de ella y le encargaba labores más acordes con su condición y género y, como vio que era
muy lista muy lista, listísima, le dijo que se ocupara también de las relaciones públicas con la demás fauna del bosque y sotobosque, al objeto de acallar sus críticas respecto al destrozo que estaban causando en la flora del lugar. Pero a pesar de su innata habilidad, estos no tragaban, vamos que no se las daba con queso, por lo que el jabalí, decidió embestir con su arma natural, el hocico y sus colmillos. Consiguiendo de momento, dispersar a la alborotada y poco organizada resistencia que el resto de los habitantes le ofrecieron. Estos, se fueron a ver al lobo feroz y le dijeron lo que había pasado, y le transmitieron su indignación exhortándolo para que hiciese algo que frenara tal destrozo e iniquidad. Por su consejo, corrieron la voz de lo que estaba pasando por todas partes y llegaron a la conclusión, de dejarlos acabar el chozo.

Cuando los tres cerditos y el jabalí ya cantaban y reían alborozados celebrando la conclusión de su magna obra, entre todos abrieron una brecha en una alberca grande que estaba un poco más arriba, y el bosque quedó totalmente anegado, teniendo los guarritos y la guarrita, que salir de najas para que la riada no los ahogase.

Conclusión mocita: cuida bien a tus gallinitas, para que se coman a las bobositas y los caracolillos que infestan tu descuidado presunto jardín francés, pero vigila para que los guarrinos, no se las coman a ellas, que como ya sabes por experiencias anteriores, son muy carroñeros.

Salud.