Veo recia mocita, que esa valla virtual que colocamos el otro día en torno a tu descuidado presunto jardín francés a guisa de muro de cemento armado como el construyen los israelíes en torno a sus territorios; está haciendo bien su trabajo y por ahora, parece que hostigan menos las dañinas alimañas asilvestradas.
Veo también, que se ha hecho el silencio en el foro de la Plaza chica y que, como era de esperar y ha pasado siempre, hay roedores que se han apresurado a poner tierra por medio cuando se han percatado que la mar empezaba a encresparse una miaja, no vaya a ser que, al cobrar fuerza la tormenta, se desprenda de ella algún rayo que los parta.
Por otra parte, no hay señales de nuestro audaz reportero de guerra que ha estado estos días en primera línea de fuego, lo que me tiene intrigado pues, sólo confío en él y en su espíritu luchador sin trampa ni cartón y a cara descubierta, para que nos proporcione a los hijos de la diáspora, alguna
información fiable sobre los festejos del día quince pasado y sus circunstancias aledañas. Espero y deseo, que no haya sido abatido por el fuego graneado de la inquina siempre latente.
Entre otras razones, para que a personas que, como Selene, la de la Imperial Tarraco, reciban de vez en cuando alguna reseña alegre procedente del Lalmendral escaso de almendras dulces.
Como él guarda silencio igual que el Ebro al pasar por El Pilar y en vista en que se obstina en no meterse en Pueblos, momentáneamente y sin pretender ocupar su parcela, te voy a dar una breve reseña de cómo está el patio por las Españas desde mi parcial punto de vista.
Como Haití es la palabra que más se está repitiendo estos días y ya que Cero Punto Cero Cinco; que también va por el mundo a cara descubierta, ha sacado a colación el Libro de los libros, quizá sea el momento de que hablemos del Buen Samaritano y de ciertos fariseos.
Para empezar, podríamos copiar sin quitar ni poner, estas frases:...“ todavía peor que el terremoto es nuestra pobre situación espiritual y que por eso hemos de llorar.” ¡Toma castaña! Pero pretendiendo arreglar el desaguisado, el autor de la misma añade:.... «el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, Dios ha prometido la felicidad eterna» ¡Toma castaña otra vez!
Menos mal, que hay congregaciones de cristianos que sí siguen o al menos intentan seguir, las pautas que marcó Jesús, y a tenido que ser uno de esos, el claretiano Héctor Cuadrado quien desde Haití diga: «Sin vida no hay religión, ni fe ni invocación a ningún Trascendente».
Como ya sabes porque te o he dicho muchas veces, no es que conozca muy bien los entresijos religiosos mayoritarios por aquestos pagos, pero hay una parábola que dice que: << Iban un sacerdote y un levita por un camino en la cuneta del cual haba una persona malherida, pero pasaron de largo sin ni siquiera mirarla. Luego paso un samaritano y la atendió y curó como pudo sus heridas, la subió a su burro y la llevó a un sitio para que la curaran, haciéndose cargo además, de los gastos que ocasionara.
Hay diferencia, ¿no?
Pues bien, si nos fijamos en lo que pasó antes, cuando se reclutaba mano de obra negra barata, usando la fuerza de los arcabuces y las lombardas en África y, lo que pasa ahora en Haití, El Ejido, el sur de Italia, Francia, Alemania, Gaza o Vic, por decir unos cuantos de sitios, ¿no se nos cae la cara de vergüenza a los cultos y civilizados europeos?
Salud.
Veo también, que se ha hecho el silencio en el foro de la Plaza chica y que, como era de esperar y ha pasado siempre, hay roedores que se han apresurado a poner tierra por medio cuando se han percatado que la mar empezaba a encresparse una miaja, no vaya a ser que, al cobrar fuerza la tormenta, se desprenda de ella algún rayo que los parta.
Por otra parte, no hay señales de nuestro audaz reportero de guerra que ha estado estos días en primera línea de fuego, lo que me tiene intrigado pues, sólo confío en él y en su espíritu luchador sin trampa ni cartón y a cara descubierta, para que nos proporcione a los hijos de la diáspora, alguna
información fiable sobre los festejos del día quince pasado y sus circunstancias aledañas. Espero y deseo, que no haya sido abatido por el fuego graneado de la inquina siempre latente.
Entre otras razones, para que a personas que, como Selene, la de la Imperial Tarraco, reciban de vez en cuando alguna reseña alegre procedente del Lalmendral escaso de almendras dulces.
Como él guarda silencio igual que el Ebro al pasar por El Pilar y en vista en que se obstina en no meterse en Pueblos, momentáneamente y sin pretender ocupar su parcela, te voy a dar una breve reseña de cómo está el patio por las Españas desde mi parcial punto de vista.
Como Haití es la palabra que más se está repitiendo estos días y ya que Cero Punto Cero Cinco; que también va por el mundo a cara descubierta, ha sacado a colación el Libro de los libros, quizá sea el momento de que hablemos del Buen Samaritano y de ciertos fariseos.
Para empezar, podríamos copiar sin quitar ni poner, estas frases:...“ todavía peor que el terremoto es nuestra pobre situación espiritual y que por eso hemos de llorar.” ¡Toma castaña! Pero pretendiendo arreglar el desaguisado, el autor de la misma añade:.... «el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, Dios ha prometido la felicidad eterna» ¡Toma castaña otra vez!
Menos mal, que hay congregaciones de cristianos que sí siguen o al menos intentan seguir, las pautas que marcó Jesús, y a tenido que ser uno de esos, el claretiano Héctor Cuadrado quien desde Haití diga: «Sin vida no hay religión, ni fe ni invocación a ningún Trascendente».
Como ya sabes porque te o he dicho muchas veces, no es que conozca muy bien los entresijos religiosos mayoritarios por aquestos pagos, pero hay una parábola que dice que: << Iban un sacerdote y un levita por un camino en la cuneta del cual haba una persona malherida, pero pasaron de largo sin ni siquiera mirarla. Luego paso un samaritano y la atendió y curó como pudo sus heridas, la subió a su burro y la llevó a un sitio para que la curaran, haciéndose cargo además, de los gastos que ocasionara.
Hay diferencia, ¿no?
Pues bien, si nos fijamos en lo que pasó antes, cuando se reclutaba mano de obra negra barata, usando la fuerza de los arcabuces y las lombardas en África y, lo que pasa ahora en Haití, El Ejido, el sur de Italia, Francia, Alemania, Gaza o Vic, por decir unos cuantos de sitios, ¿no se nos cae la cara de vergüenza a los cultos y civilizados europeos?
Salud.