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Ego bella mocita, si quiero, de la impresión que me causa tu apariencia o tus acciones, puedo sacar la más sarcástica impresión o, como es el caso, elevarte poco menos que a los altares del Olimpo y sentarte junto a Zeus. Luego mucho más tarde, ir de nuevo a buscarte o dejarte allí para siempre con tus ropajes de colores y coturnos de alto tacón recién estrenados. Pero ego eso no haré porque, entre otras cosas, carezco de perspectiva y aunque me atosiguen hasta agobiarme, aún no me han inflado lo bastante para que pueda elevarme hasta donde moran los dioses, y menos, llevándote a ti sobre mis ya cansadas espaldas. ¡Oh divina Eros! Y de verdad que lo he intentado. He revuelto todos los recovecos de mis negras entrañas, y, sólo he hallado un poco más que vanidad fatua deambulando a tientas en la insondable oscuridad.
Pero por favor sigamos, que estamos ya en la semana en la que se desatan las pasiones y se da rienda suelta a los placeres carnales. Holguémonos, incurramos en el exceso desmedido sin reparar en los medios. Tú, por ejemplo, te puedes marcar un vals corrido agarrada al señor alcalde mientras le haces carantoñas y le agradeces sus desvelos. Como quieras, en especie o moneda, esa es cuestión que debes resolver a tu aire. Pero deja algunas migajas para sus colaboradores necesarios, no se vayan a poner celosos.
¡Ay, yayaay! ¿Qué hay?
Hay una retahíla inconexa,
ay yayayayyyy, ahí hay.
Exageración, exuberancia, abundamiento,
cuelmo de colmos, derroche.
¡Oh dioses! Yo no quisiera ser jumento,
si, hacer sin aspaviento que otros u otro reproche.
Atroche y moche, galimatias sublime
que me encarama a la cima
e impide que alguien me subestime
al estar tan sumamente por encima.
Garboso y enjalbegado, enjaretado
para la fiesta y carente de abuela,
le demuestra al más pintado
que nadie ni nada le amuela.
¿Paaaaareee ya!, ¡cacho animal!
O métalo de una tacada,
pues sólo uno tiene cuchara
y eso está pero que muy mal.
Veamos, un pasito para adelante,
mojar, un pasito para atrás,
tragar. Y así, así se sigue el compás, y,
meten baza los demás.....,
cada cual con su talante.
Salud.
Pero por favor sigamos, que estamos ya en la semana en la que se desatan las pasiones y se da rienda suelta a los placeres carnales. Holguémonos, incurramos en el exceso desmedido sin reparar en los medios. Tú, por ejemplo, te puedes marcar un vals corrido agarrada al señor alcalde mientras le haces carantoñas y le agradeces sus desvelos. Como quieras, en especie o moneda, esa es cuestión que debes resolver a tu aire. Pero deja algunas migajas para sus colaboradores necesarios, no se vayan a poner celosos.
¡Ay, yayaay! ¿Qué hay?
Hay una retahíla inconexa,
ay yayayayyyy, ahí hay.
Exageración, exuberancia, abundamiento,
cuelmo de colmos, derroche.
¡Oh dioses! Yo no quisiera ser jumento,
si, hacer sin aspaviento que otros u otro reproche.
Atroche y moche, galimatias sublime
que me encarama a la cima
e impide que alguien me subestime
al estar tan sumamente por encima.
Garboso y enjalbegado, enjaretado
para la fiesta y carente de abuela,
le demuestra al más pintado
que nadie ni nada le amuela.
¿Paaaaareee ya!, ¡cacho animal!
O métalo de una tacada,
pues sólo uno tiene cuchara
y eso está pero que muy mal.
Veamos, un pasito para adelante,
mojar, un pasito para atrás,
tragar. Y así, así se sigue el compás, y,
meten baza los demás.....,
cada cual con su talante.
Salud.