El otro día te decía
recia mocita descalabrada,
que los que hacen poesía
están todos como una cabra.
Hoy me reafirmo en lo dicho
pues para leer esas pamplinas
y a no ser que seas muy bicho,
tienes que saber leer
y no hacerlo de rutina.
O sea, de forma especial,
despacito, matizando, con cadencia
y sin olvidar el ritmo, que es crucial
además de la paciencia
que no sé si es virtud o ciencia
pero ejercitando se aprende
a leer bien, precisamente.
Más allá, y, ¡mire usted!.
del sentido superficial,
obvio, manido, trillado;
por el que hemos andado
sin podernos percatar
que, cuando leemos poesía
se desvelan registros nuevos
en nuestras tarras atascadas
y accedemos a ideas,
sentimientos, palabras
y nuevas imágenes
que teníamos olvidadas
en medio de la vorágine
de educaciones adocenadas.
¡Va por vosotros poetastros!,
pero, perdonad si os digo
que es la ancha Extremadura
la que va primera
empezando por el final
entre todas las demás
y eso no está bien,
sino mal pero que mal.
Con afecto moza recia,
para los del almendral
que no nos quieren ni hablar
y sus razones tendrán.
Salud.
recia mocita descalabrada,
que los que hacen poesía
están todos como una cabra.
Hoy me reafirmo en lo dicho
pues para leer esas pamplinas
y a no ser que seas muy bicho,
tienes que saber leer
y no hacerlo de rutina.
O sea, de forma especial,
despacito, matizando, con cadencia
y sin olvidar el ritmo, que es crucial
además de la paciencia
que no sé si es virtud o ciencia
pero ejercitando se aprende
a leer bien, precisamente.
Más allá, y, ¡mire usted!.
del sentido superficial,
obvio, manido, trillado;
por el que hemos andado
sin podernos percatar
que, cuando leemos poesía
se desvelan registros nuevos
en nuestras tarras atascadas
y accedemos a ideas,
sentimientos, palabras
y nuevas imágenes
que teníamos olvidadas
en medio de la vorágine
de educaciones adocenadas.
¡Va por vosotros poetastros!,
pero, perdonad si os digo
que es la ancha Extremadura
la que va primera
empezando por el final
entre todas las demás
y eso no está bien,
sino mal pero que mal.
Con afecto moza recia,
para los del almendral
que no nos quieren ni hablar
y sus razones tendrán.
Salud.