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ALMENDRAL: Ahora mismo no sé bien si es marzo ventoso y abril...

Ahora mismo no sé bien si es marzo ventoso y abril lluvioso que sacan a mayo florido y hermosos o, al revés. Lo cierto que este invierno está resultando más largo que una meada cuesta abajo, como se decía antes, cuando estos inviernos tan largos hacían que los desheredados por la diosa Fortuna las pasábamos tan canutas. En uno de ellos quizá, alguien acuñaría la frase esa que dice: es más largo que un día sin pan, refiriéndose, supongo, a lo largo que se hace un día cuando no hay ni un bocado para llevarse a la boca. Yo, como tú sabes mocita, he conocido pocos, pero me hubiese gustado no haber conocido ninguno y, me gustaría menos volver a pasar alguno como aquellos pero, hoy, hace un rato, de unos contenedores que hay frente a un supermercado Condis que hay en la ciudad por la que paseo mi cuerpo “cárnico”, he visto a tres mujeres; dos de ellas muy mayores y otra un poco más joven que, junto con un hombre de más o menos mi edad y un muchacho de unos cuatro o cinco años, estaban recogiendo lo que se podía aprovechar de lo que poco antes acababan de vaciar un par de dependientes.

Que cuando te quedas sin trabajo es malo, muy malo, sólo lo pueden saber quienes padecen esa situación, pero, si además no tienes esa ayuda que se llama subsidio de desempleo, la cosa es como para echarse a llorar, o a pegar tiros si se tiene el valor y los medios. Ya no digo nada de esas mujeres que se quedan viudas con una pensión de mierda que no les llega ni para la primera quincena y eso, haciendo mangas y capirotes. Desgraciadamente, en este mundo hipócrita y vano en el que nos estamos desenvolviendo, estas cosas se están viendo cada vez con más frecuencia pero, los empresarios, por medio de sus organizaciones u otros medios, no paran de lanzar el atemorizante mensaje de que hay que abaratar más el despido, porque no ganan lo que otras veces,
con las vacas gordas, ganaban. Así que, amenazando por un lado y recortando en inversión, sueldo y personal todo lo que pueden, la vida va a peor cada día que pasa, lo que no es óbice, para pedirle al gobierno ayuda líquida traducida en euros y este, esté inyectándolo en unas arcas que, cuando todo era jauja, decían alegremente que al mercado había que dejarlo que se regulara sólo.
Sí señor, con dos cohones.
Salud.