El 2010 ha resultado ser el año en que finalmente al Don Quijote español le tocó perder su lucha desigual contra los molinos de viento. Me explico: el presidente del gobierno español José Luis Rodriguez Zapatero, que llevaba años haciendo gala de un quijotesco optimismo sobre la imparable marcha de España hacia un mundo mejor, de pronto se veía vencido por la dura realidad – aunque fuera una realidad hecha de fantasmas. Fantasmas de miedo y especulación financiera, sí; pero igual de poderosos que los brazos de molino que derrotaron a Don Quijote. Y así, el jefe del Ejecutivo español se ha visto obligado a dar marcha atrás en la política social de su gobierno.