ALMENDRAL: Dice Salustiano, que él se pide el papel de castúo,...

8.-Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

8.-Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

Pardiez, que le están leyendo señor CANUTO.
Bueno, eso no es malo, así aprenden algo. Aunque tienen la cocorota muy lavada desde pequeños y no es por eso por lo que lo hacen. Lo suyo, que para eso están aquí y en los demás foros, con sus múltiples nombres es para difamar e ir minando poco a poco la moral de los que no les siguen en su salmodia.

Le he leído al señor Jaramagos en la Plaza Chica, que la primera vez que la palabra propaganda con su sentido actual salió a luz en forma de escrito, fue en uno de un papa de Roma, allá por el siglo XVI siglo arriba siglo abajo, (por cierto, lo están friendo a tiros, a Jaramagos,) de ahí debe de venir el cachendoito que se traen aquí con los puntitos rojos. También, en el mismo foro, hay un tío o cosa que según dicen en otros foros es cura, que en todos hace lo mismo que en este que digo, cagar y cagar. Se nota que es cagón el tío o lo que sea.

En este, he leído unos mensaje de Lolita o Gitana o como se quiera llamar, que no se cansa de decirle a su igual aquello de "diente diente que eso jode", hasta que los que manejan este foro se dieron cuenta de que hay gente así de rastrera y pararon el contador. Por las fechas, esos mensajes son de cuando le querían quitar las fotos que puso el señor Salud.

Pero de lo que quería hablar era de la propaganda:
Según Goebeels, el ministro de propaganda nazi, su objetivo no es hablar de la verdad, sino convencer a la gente: pretende inclinar la opinión general a su favor, no informarla. Debido a esto, la información transmitida es a menudo presentada con una alta carga emocional, apelando comúnmente a la afectividad o la emotividad, en especial a sentimientos patrióticos.

Principio de la exageración y desfiguración:
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza grave para los individuos y las naciones.
De este quizás, que hoy hayamos leído una crítica feroz sobre la ley del tabaco y mañana, cualquier copia que hagan de alguien que por obra y arte del a saber qué espíritu, se ha vuelto un acérrimo defensor de los trabajadores y sus derechos.

Dice Salustiano, que él se pide el papel de castúo, menos mal, porque se podía haber arrogado el de héroe extremeño conquistador de otros pueblos y naciones allende el charco, o, el de invicto caudillo comandando aguerridas mesnadas por los inconmensurables laberintos de la imaginación.

Y ya que tenemos delante el término nación, quiero aportar mi, seguro que erróneo parecer sobre este asunto de las nacionalidades y de los nacinalistas que, Octavio, ha entresacado de lo expuesto por el autor de la obra, Soldados de Salamina. Tema delicado donde los haya y en el que, por mucho que nos esforcemos, será casi imposible que lleguemos nunca a una conclusión consensuada que pueda ser tolerada por todas las facciones en litigio. Menos todavía, en estos momentos, en los que a mi parecer, se está fomentando interesadamente y aprovechando la tan cacareada crisis, una campaña de desinformación que tiene como objetivo a largo plazo, acabar o al menos llevar a su mínima expresión, el estado de las autonomías. Que no es otra cosa que una federación de naciones, cada una con sus peculiaridades, pero con otro nombre.

Paso, aunque ahora más, muy poco tiempo al año por mi tierra natal, Extremadura, Almendral de Badajoz en concreto, pero siempre que alguien me pregunta que de dónde soy, le digo que extremeño y le remacho con una pizca de, no sé por qué, orgullo, de un pueblino de los de la Raya.
Muchos, desde su perspectiva nacionalista, (entendiendo como nación el pueblo donde ellos nacieron y sus alrededores), me preguntan que por dónde queda eso, y aprovecho para explicárselo sin entrar en muchas honduras, no vaya a ser que se produzca un cortocircuito entre el cableado de su sesera porque, normalmente, la gente no entiende de otros nacionalismos que no sean los de su pueblo o los llamados “periféricos. O sea, Heuskal Herría, Galicia y Catalunya e ignoran, o hacen como que no conocen, el nacionalismo llamado centralista, que con diferentes matices, engloban a otros como el leonés, asturiano, cántabro, castellano, aragonés, andaluz o extremeño por ejemplo, en cuya asamblea emeritense se acaba de presentar un proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía que establece, en su artículo 7.2, que: se “fomentarán los valores de los extremeños y el afianzamiento de su identidad a través de la investigación, desarrollo y difusión de los rasgos sociales, históricos, lingüísticos y culturales de Extremadura en toda su variedad y extensión, con especial atención al rico patrimonio de las formas tradicionales de la vida de los pueblos en un marco irrenunciable de pleno desarrollo socioeconómico y rural”.

Los nacionalistas, según HOY, retiraron la iniciativa sobre “A Fala” y el portugués de Olivenza porque en la región también existe el castúo y el extremeño antiguo y aceptar su propuesta, sería discriminar a estas formas de expresión.

Que, desde que los Austrias dejaron de gobernar esta nación nuestra formada por tantas idiosincrásias ha habido problemas al respecto, me parece que está claro. Que la cosa se agravó con
la “Pragmática “ que dictó el rey Felón para que no gobernara su hermano Carlos, dando lugar a “las Guerras Carlistas” y nos metió en el berengenal del siglo XIX que se prolongó hasta bien entrado el tercer tercio del XX, pero eso sí, ya sin el lema de Dios, Patria, Fueros y Rey con el que se inició, sino con el de “Igualdad, Libertad, Fraternidad” y que estuvo a punto de cambiar otra vez a los inicios cuando lo del “Tejerazo”, me parece a mi que también.

¿Que los nacionalismos son movimientos contrarios a estas últimas de tendencias de libertad, igualdad y fraternidad, pues puede que si, según de qué nacionalismos estemos hablando.