Y SI DE CORRUPTOS HABLAMOS, HABLEMOS PORQUE HABERLOS HAYLOS:
El PP se erige en abanderado de la lucha contra la corrupción política.
POR ESO, NI SIQUIERA MIRA HACIA SÍ MISMO:
Ni una referencia al caso Gürtel, ni al caso Palma Arena o a la última acción judicial contra el anterior presidente de Baleares del PP, Jaume Matas, a quien el juez reclama una fianza civil de 1,6 millones de euros por el encargo a Calatrava de una ópera. Constantes referencias, sin embargo, a los ERE en Andalucía o a la supuesta compra de votos en Melilla. Dos maneras de ver los casos de corrupción propios o ajenos, que ha llevado al PP a incluir en su programa electoral un apartado sobre regeneración. Término sobre el que giró buena parte del discurso con el que María Dolores de Cospedal abrió la convención autonómica que el PP celebra este fin de semana, precisamente en Palma de Mallorca.
"Encarnamos la regeneración democrática", afirmó la número dos del PP nada más iniciarse el cónclave popular, e insistió sobre la situación en España y en Baleares: "Hoy se necesita la regeneración democrática". Hasta tal punto que Cospedal subrayó, sobre los ERE andaluces que, "con un solo caso que se hubiera dado "ya habría sido suficiente para que el presidente de la Junta de Andalucía hubiera presentado su dimisión". Nada que ver, a su juicio, con las situaciones que han vivido las comunidades de Madrid y Valencia, por ejemplo, con el caso Gürtel, que se ha cobrado las dimisiones de alcaldes, pero que la dirección nacional del PP se ha cansado de decir que no tiene nada que ver con el PP. Para los populares, si no hay investigación judicial sobre la financiación del partido, el caso Gürtel no va con ellos.
Las palabras de los dirigentes populares se han trasladado al programa electoral, con un apartado con el epígrafe "Regeneración", que afirma que "la respuesta ante los casos de corrupción debe ser justa y contundente", con el compromiso de que "actuaremos ante cualquier supuesto de denuncia o de incoación de procedimientos judiciales". Cómo actuará lo deja el programa en el aire, ya que no concreta.
Sólo el PP balear, marcado por los casos de corrupción que afectan al partido y a los gobiernos del PP que presidió Jaume Matas, ha ido más allá del propio programa. Mientras la dirección nacional del PP mantiene que hay que analizar caso por caso, cada vez que se le pregunta por la situación judicial del presidente valenciano, Francisco Camps, el presidente del PP balear ha asumido el compromiso personal de que nadie que esté imputado en un caso de corrupción podrá ir en las listas. Es el caso del portavoz adjunto en el Parlament Balear, Francesc Fiol, que se ha mantenido en el cargo desde que José Ramón Bauza asumió la presidencia del PP balear en el 2009, pero que no podrá ir en las listas de las elecciones del 22 de mayo.
Pero además, el programa del PP, que reitera "su compromiso de contundencia y celeridad contra las prácticas corruptas en las administraciones públicas", promete crear un sistema de auditoría interna en el seno del partido, para velar por el cumplimiento del código de buenas prácticas que aprobó el PP cuando surgió el caso Gürtel. Además propone reformar el Código Penal para endurecer los tipos penales relativos a la corrupción, de forma que sean ejemplarizantes, y ampliar los plazos de prescripción de estos delitos.
El PP se erige en abanderado de la lucha contra la corrupción política.
POR ESO, NI SIQUIERA MIRA HACIA SÍ MISMO:
Ni una referencia al caso Gürtel, ni al caso Palma Arena o a la última acción judicial contra el anterior presidente de Baleares del PP, Jaume Matas, a quien el juez reclama una fianza civil de 1,6 millones de euros por el encargo a Calatrava de una ópera. Constantes referencias, sin embargo, a los ERE en Andalucía o a la supuesta compra de votos en Melilla. Dos maneras de ver los casos de corrupción propios o ajenos, que ha llevado al PP a incluir en su programa electoral un apartado sobre regeneración. Término sobre el que giró buena parte del discurso con el que María Dolores de Cospedal abrió la convención autonómica que el PP celebra este fin de semana, precisamente en Palma de Mallorca.
"Encarnamos la regeneración democrática", afirmó la número dos del PP nada más iniciarse el cónclave popular, e insistió sobre la situación en España y en Baleares: "Hoy se necesita la regeneración democrática". Hasta tal punto que Cospedal subrayó, sobre los ERE andaluces que, "con un solo caso que se hubiera dado "ya habría sido suficiente para que el presidente de la Junta de Andalucía hubiera presentado su dimisión". Nada que ver, a su juicio, con las situaciones que han vivido las comunidades de Madrid y Valencia, por ejemplo, con el caso Gürtel, que se ha cobrado las dimisiones de alcaldes, pero que la dirección nacional del PP se ha cansado de decir que no tiene nada que ver con el PP. Para los populares, si no hay investigación judicial sobre la financiación del partido, el caso Gürtel no va con ellos.
Las palabras de los dirigentes populares se han trasladado al programa electoral, con un apartado con el epígrafe "Regeneración", que afirma que "la respuesta ante los casos de corrupción debe ser justa y contundente", con el compromiso de que "actuaremos ante cualquier supuesto de denuncia o de incoación de procedimientos judiciales". Cómo actuará lo deja el programa en el aire, ya que no concreta.
Sólo el PP balear, marcado por los casos de corrupción que afectan al partido y a los gobiernos del PP que presidió Jaume Matas, ha ido más allá del propio programa. Mientras la dirección nacional del PP mantiene que hay que analizar caso por caso, cada vez que se le pregunta por la situación judicial del presidente valenciano, Francisco Camps, el presidente del PP balear ha asumido el compromiso personal de que nadie que esté imputado en un caso de corrupción podrá ir en las listas. Es el caso del portavoz adjunto en el Parlament Balear, Francesc Fiol, que se ha mantenido en el cargo desde que José Ramón Bauza asumió la presidencia del PP balear en el 2009, pero que no podrá ir en las listas de las elecciones del 22 de mayo.
Pero además, el programa del PP, que reitera "su compromiso de contundencia y celeridad contra las prácticas corruptas en las administraciones públicas", promete crear un sistema de auditoría interna en el seno del partido, para velar por el cumplimiento del código de buenas prácticas que aprobó el PP cuando surgió el caso Gürtel. Además propone reformar el Código Penal para endurecer los tipos penales relativos a la corrupción, de forma que sean ejemplarizantes, y ampliar los plazos de prescripción de estos delitos.