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ALMENDRAL: Buen rifirafe. ...

Portugal celebrará nuevas elecciones. Así es la aritmética parlamentaria, y hasta aquí, todo razonable. Nada anormal en un país democrático. Pero también es lo cierto que Portugal está al borde del precipicio gracias a una derecha a mi juicio irresponsable que tumbó las medidas de un Gobierno que intentaba evitar la intervención económica del país. Que la izquierda haya dado la espalda al Gobierno socialista puede que tenga su lógica, porque son medidas socialmente duras. Pero ¿la derecha?

Recordemos que en España no sucedió lo mismo gracias a los tan detestados partidos nacionalistas. Cuando se votaron las medidas anticrisis, Convergència i Unió demostró tener más responsabilidad y sentido de Estado que los supuestos patriotas del PP. A la derecha portuguesa no le ha dado la gana votar a favor de medidas que exige la derecha europea. Le da igual que se hunda el país con tal de cargarse al presidente del Gobierno. Genial.
La derecha se otorga siempre los valores del patriotismo y del sentido de Estado pero los hace saltar por los aires cuando lo considera oportuno. En el caso portugués se da el agravante de que Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, que propone las medidas, es del partido que ha hecho caer al Gobierno, es del partido que ha dicho no.
Estos son los pájaros a los que se la suda la estabilidad de sus respectivos países a pesar de que las medidas que preconiza Europa están en absoluta consonancia con su ideario político. Creo que he cometido un error en lo de ideario. La derecha no tiene de eso, solo tiene intereses. ¿Es un tópico? Nos encontramos con la derecha española y la derecha portuguesa votando no a los paquetes de medidas anticrisis. Dos gobiernos socialistas asisten atónitos al mayor ejercicio de irresponsabilidad política desde que Fraga mantuvo su necia postura ante el referendo de la OTAN.
Alguien dijo que no se puede analizar el papel de estas derechas solo desde un punto de vista político y que son inevitables consideraciones de orden psicológico y moral. Me parece exagerado decir que algunos son unos canallas antisistema, exhibicionistas de la religiosidad más obscena y, sobre todo, medularmente mezquinos. A mí me parece una frase exagerada, pero no sé si lo es.
Los ciudadanos de España y Portugal están preocupados, cuando no angustiados, por la situación económica. Se aconsejan políticas diáfanamente conservadoras para hacer frente a los mercados y van las derechas conservadoras y votan en contra. La derecha, para conseguir el voto de los descontentos, es capaz de negar la mayor y provocar más incertidumbre. Para ganar las elecciones está dispuesta a perjudicar a su país.
Sus hermanos mayores de Europa se desesperan y les echan en cara la falta de responsabilidad en una situación excepcional. Les da igual. ¿No es curioso que el PP avance al PSOE en las encuestas pero Rajoy suspenda como líder? No, no lo es. La gente está harta de Zapatero pero sabe que Rajoy es un autómata que votará siempre contra cualquier propuesta del Gobierno socialista. Ganará las elecciones como un filibustero obstruccionista. Yo qué sé...

XAVIER SARDÀ- hoy

Buen rifirafe.
¡voto a Bríos!
¿Pero quién es el tal Brios o Bríos?
¿Será algún morito o morita de esos que nos quieren invadir empezando por la separatista Catalunya? ¿Será un sefardita que quiere tornar a Sefarat tras su largo forzado exilio?
¿Seré yo?
¿Será una rosa o será un clavel?
Un día de estos, quizá hallaré la respuesta a esta pregunta que me atormenta desde que era chico y leía aquella literatura tan apropiada para desarrollar en los infantiles cerebros, un espíritu belicoso contra los sarracenos de toda condición y laya. Como eran tan malos....., pues enseguida me daban ganas de vengar aquellas sus iniquidades cometidas contra los buenos, aquellos esforzados héroes que luchaban a brazo partido y Tizona desenvainada, contra el afilado filo de las cimitarras que pretendían mantener mi país con sus principios superiores, bajo el yugo opresor de un mundo de infieles a todas luces exento de la sabiduría que da la verdadera luz de la civilización superior.

Yo, me hacía una espada con una vareta de olivo o de un cacho de listón de tabla y le aguzaba la punta para que hendiera mejor en el corazón del enemigo, además, me preparaba un escudo con cartones o tablas más anchas y, así pertrechado, junto con mis files guerreros, me iba a tomar la alcazaba de los recalcitrantes enemigos que, curiosamente, hablaban como yo, en almendralense, subvariante regional de la lengua de mis mayores provenientes de tierras Astur-Galaicas.

¡Joé! Cuántas batallas y encerronas le preparábamos a nuestros rivales. Bueno, algunas veces nos descalabraban ellos a nosotros porque, los muy sagaces y ladinos, desde una posición más alta, usaban sus catapultas y nos llovían los peñascazos. Circunstancia ésta, que nos obligaba a un repliegue táctico. O sea, dar media vuelta y atacar de frente desde un lugar más seguro. Maniobra que traducida a la lengua vulgar de entonces, quería decir, maricón el último que nos abren el tarro a todos. Ahora ya, menos, porque mis crespas crenchas han desaparecido de su emplazamiento natural pero, antes, cuando me las segaban contra mi voluntad, aún se veía entre su espesura las blancas cicatrices obtenidas como recompensa a mis enconados esfuerzos por liberar de las garras de los más malos de los malos, a mi dulce princesita de ojos garzos y luenga ondulada cabellera rubia como las espigas de trigo en sazón.

Salud y República.