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ALMENDRAL: Los malos vientos, más bien el vendaval que sopla sobre...

Es sábado, quizá por eso estoy viendo las fotos que unos y otros del Lalmendral hemos puesto aquí.
Como ves, hay una gran diferencia entre las que han puesto los que están fuera y las que pusieron hace ya tiempo los que en su día quedaron.
Unas, son un recuerdo, una añoranza, una morriña, la del emigrante, otras, creo que todas las demás, llevan implícita una fuerte carga emocional y política. Entre estas últimas hay una muy repetida, la más, es la de un monumento. Yo lo he visto siempre ahí, en una plazuela recoleta junto a la casa castillo de Pedro; al lado del arrejuntamiento y frente a la casa cuartel de la guardia civil, por lo que supongo que fue levantado en aquellos años de hambruna, estraperlo de víveres que se traían desde el País hermano y cartillas de racionamiento. Allá por los cuarenta del siglo pasado.
De este, también yo, duendín, ectoplasma o cosa fantasmal, simple hoja caída zarandeada por todos los vientos que nos baten, he colgado una, la que ilustra este escrito y que titulé “dos columnas y un transfondo”. Quería decir que las columnas son los dos pequeños cipreses, esos árboles que no pueden faltar cerca o dentro del recinto de cualquier cementerio. Son plantas que, según José María Gironella, creen en Dios. Ahora bien, ¿qué idea guiaba a quienes tuvieron la idea de levantar ahí ese monumento?, ¡quién corrió con los gastos? No sé, supongo que el pueblo, ese concepto amplio, pero, el pueblo estaba famélico por aquellos tiempos y, sin embargo, la obra es grandiosa, exagerada a mi parecer. El más grande en su clase que yo he visto hasta ahora dentro de los del mismo género, por los pueblos de las Españas, detrás de la que se levantó en ese valle donde ayer, señores y señoras haciendo el saludo romano entonaron su canción predilecta. Ni bien ni mal me parece, tenemos que haber de todo y cada uno es libre de pensar como quiera, pero..., cuando se levantó este, ¿que querían decirnos sus artífices y por qué la desmesura en el volumen?

Si nos fijamos en el que hay, cerca de la Fuente Chica; también seca, en el sitio aquél donde íbamos a buscar pizarrines que aguzábamos junto a la peana amazacotada hecha de ladrillos y coronada por una sencilla cruz latina, podemos ver por comparación, la diferencia que hay entre un monumento y otro. Quiero decir, la diferencia del ideal. Aquella, la vieja, puede ser que señalara el camino al ya derruido hospital de peregrinos, junto a la capilla del Cristo, pero esta no sé. Quizás indicara a propios y extraños nuestra condición de “especiales”, puede ser, pero no lo sé, recia moza, el caso es, que todos los años por estas fechas, junto a este de nuestro enclave del que te hablo, se escenificaba un ritual semejante al que se hizo ayer en otro sitio también emblemático. Como era yo chico por entonces, no entendía qué significaba. Confieso que ahora, en el 2.009 ya, tampoco.

Salud.

(“Cuando hice esta foto mocita:
la que estos versos ilustran;
ni siquiera sospechaba
lo mucho que le gustaban
a algunos las flechas,
y hasta los yugos,
a los que aquí decimos
cangas.

La hice, como denuncia
de que aún persiste
en el almendral,
la añeja simbología,
pero ahí está,
como la puerta de Alcalá,
viendo pasar el tiempo.”)

Cuando usted, señor Salud, era un duendecillo traviesote que iba de un lado a otro como las avispas van de flor en flor, me imagino en qué estaría pensando al hacer la foto y escribir esto de arriba. Hoy, leyendo no sé bien cuál cabeza de lo que usted bautizó con el sobrenombre de “la hidra”, veo que no se ha avanzado nada. Peor todavía, que vamos para atrás como “el cangrejo”.

Está claro, que hay una decidida voluntad encaminada a que todo siga igual en el asentamiento agrario, al que percibo desde mi perspectiva como anclado en el tiempo. Incluso, se habla de desteñidas camisolas azules y otros trapos con bordados en rojo ayer por diligentes manos derechas.

Si, el monumento es desproporcionado en sus volúmenes. Demasiado grande, soberbio, en comparación con el reducido espacio de la plazuela en el que está enclavado. Puede que quienes lo levantaron, fueran también soberbios y desearan dejar constancias de alguna de sus grandes gestas, perpetuándose en el tiempo y que, las siguientes generaciones supieran, de la grandeza de sus hazañas y su amplitud de miras.

De este sitio, yo también me acuerdo que, por el mes de julio de cada año, se hacían en el unas ceremonias que tenían por objeto, resaltar las glorias de los almendralenses fallecidos durante nuestra última incivil contienda, cuyos nombres estaban escritos sobre argamasa en el paredón norte de la casa de oración dedicada a Pedro, apostol de Jesús Crucificado. Bueno, los nombres de todos los almendralenses muertos en combate o asesinados en el mismo pueblo o en los campos de concentración de Alemanía, no, sólo los de los que formaron en las filas del Glorioso Alzamiento Nacional y que cayeron, luchando por Dios y por España.

Y es que, los mas de doscientos restantes, no luchaban por la misma España, puede que por otra, quizás tampoco en el nombre de Dios, sino de otra idea que, para ellos, tenía mas valor. Tal vez cayeron asesinados los más, o muertos en combate, los menos, porque formaban parte de las hordas rojas y claro, no iban a estar allí sus nombres.

Salud.

Los malos vientos, más bien el vendaval que sopla sobre Europa, Oriente Próximo y las Américas, nos han hecho desembocar en este cambio de régimen que ahora estamos ya padeciendo. Por lo pronto, un drástico recorte de toda clase de derechos y libertades amén de un empobrecimiento general. Para muestra, por nuestras latitudes, la ley “omníbus” que la derecha catalana-catalana y la derecha catalano-española, quieren sacar y sacarán adelante en Catalunya, impulsada con brío por dichos ventarrones. Es verdad también que, en regiones como Las Castillas, Los Madriles y el resto del Levante, tampoco se andan con chiquitas y que están dedicados en cuerpos y alma a esa misma labor. Sabemos o deberíamos saber ya que, desde los tiempos del Sacro Imperio Romano Germánico, se sabe que a los alemanes les gusta mandar y mangonear en las casas de sus vecinos, sea de grado o a la fuerza. Y ahí tenemos a la Merkel, a lo suyo, y aquí, en nuestros solares patrios, los chicos del Partido de los Privilegiados, también a los suyo. Para muestra, Baetulo o Badalona, esa población donde la mayoría hoy de sus habitantes son de muy distintos enclaves geográficos que, tras asentarse en el terreno, desprecian a los que ahora están están arribando y, donde un discurso xenófobo, ha elevado al poder al cabeza de lista de un partido que hasta ayer, prácticamente era considerado proscrito no sólo en la comarca sino en toda la Comunidad.

Quizá tengan razón esos miles de hombres y mujeres a los que llamamos “los indignados” y que, efectivamente, el segundo problema del País después del paro, sean los políticos, a quienes al parecer, los problemas de la gente de a píe se la trae al pairo, ocupados como están en sus tejemanejes y en sus dimes y diretes. Quizás también, tenga razón un viejo conocido mío de los tiempos en que había curas comunistas con el que tuve la oportunidad de vivir acontecimientos que nos enfrentaban y unían y, al que ayer, me encontré ya tan mayor como yo pero a juzgar por su indumentaria, unos escalones más altos en su escalafón. Y puede también, que aquel cura reviejo de La Torre de Miguel Sesmero, por mal nombre “Retranca” la tuviera cuando, un vecino le dijo que no podía asistir a misa de diez el domingo, porque tenía que ir a echarle de comer al “ganao” y él, le dijo aquello de: ve hijo ve, si esto todo es filfa.

Si hoy, se cumple ya el trimestre del tsunami que colapsó una gran nación como es Japón y nos abrió los ojos sobre lo perjudiciales que son las centrales nucleares para la supervivencia de las especies haciendo que, un 60% de individuos pensemos sus riesgos superan en mucho los beneficios aunque haya un 26% que digan que es cosa segura y que los demás, ni opinan ni dejan de opinar aunque se reservan la opinión. Si ya ni nos acordamos de lo de Haití, y no importa una papa lo de Libia, Siria, Iraq, Afganistán o lo que pasó el otro día en los Altos del Golán. Si estamos intentado soplar y a la vez sorber la sopa y, si en un pueblo como Almendral decimos sin que se nos caiga la cara de vergüenza que un alcalde que un alcalde muy demócrata de los de la larguísima posguerra ha sido el mejor que ha tenido el poblado y si, leemos en estos foritos que los cipreses (esos que creen en Dios según Gironella) del cementerio viejo de Badajoz (donde la matanza de rojos) fueron plantados por Franco, pues, qué quieres que te diga, que quizá los palomos cojos sean así por lo que son y que la Izquierda Desunida de Extremadura hace bien en desojar la margarita porque su enemigo natural, es un señor rechoncho que milita en otro partido de su misma onda y, que apagues mocita la vela que ya no quiero ver más.

Salud