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ALMENDRAL: La resurrección corporal de Jesucristo de los muertos...

La resurrección corporal de Jesucristo de los muertos es el hecho central de la fe cristiana. Como Pablo escribió: "Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados"
La estructura total del cristianismo - y de hecho de cualquier esperanza de vida eterna y de cualquier significado de la existencia humana - se mantiene o se derrumba con la resurrección de Cristo.
La muerte es el mayor enemigo del hombre, y todo hombre, no importa qué tan grandioso sea, eventualmente muere. Todo el mundo - físico, biológico y social - está bajo el reino de la muerte impuesto por el castigo de Dios sobre el dominio del hombre cuando éste rechazó la palabra de Dios y trajo el pecado al mundo. Pero Jesucristo, el eterno Hijo de Dios y el Redentor prometido al mundo, ha conquistado la muerte, llevando el castigo Él Mismo (Gálatas) abriendo así el camino a Dios y la vida eterna.
El hecho de Su resurrección es el evento más importante de la historia y por lo tanto, propiamente, el hecho más cierto de toda la historia. Es sustentado por una variedad de testimonios y de otra evidencia más amplia que la de cualquier otro evento histórico que ha tenido lugar desde el inicio del mundo. Es por lo tanto, mandatorio que cada individuo encare el asunto de las demandas que Cristo hace de su vida y su servicio.
No cabe duda de que los apóstoles y los cristianos primitivos, por decenas de miles, creyeron y predicaron la resurrección. ¿Es posible que hayan estado equivocados y que su fe estuviera basada en algún engaño malicioso o ciego fanatismo?
Ciertamente ellos tenían toda la razón para considerar esta posibilidad. La mayoría de ellos sufrieron severamente por causa de su fe, perdiendo sus posesiones y frecuentemente sus vidas en las grandes persecuciones judía y romana del primer siglo. Difícilmente hubiesen persistido en su testimonio al menos que hubiesen estado firmemente persuadidos, tras un minucioso análisis de todos los hechos, de que su Salvador había conquistado la muerte.
Algunos han sugerido que estas apariciones postresurreccionales de Cristo fueron solamente visiones o alucinaciones, o quizás un caso de identidad equivocada. Pero las visiones y las alucinaciones no ocurren así repetidamente a individuos y a grupos a puerta cerrada y al aire libre. Y definitivamente los discípulos podían reconocer a Aquel que había estado con ellos todos los días por más de tres años.