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ALMENDRAL: Feliz navidad y felices fiestas en estas fechas tan...

Feliz navidad y felices fiestas en estas fechas tan entrañables, llenas de amor y paz para todos; muy especialmente para los seres queridos que están tanto en la tierra como en el cielo. Siendo estos últimos los que más echamos de menos. Son fechas en las que el alma se mueve y los sentimientos afloran.
Especialmente recuerdo con más fuerza a mi madre, quizás porque su vida estuvo marcada por la desdicha y la injusticia.
A esta sección la llamaré “vidas truncadas”
Querida mamá, me viene a mi memoria los ratos que compartíamos juntas en mi niñez. Aquellas tardes que te acompañaba en tus ratos de oración y al final de tus rezos y plegarias, siempre tenías en cuenta el bienestar de los demás, incluso de aquellos que te oprimían y hacían de tu vida un calvario. Recuerdo que yo te escuchaba atentamente captando tu bondad, y tu infinita capacidad de perdón.
A muy temprana edad te tocó vivir la perdida de tu hermana, tras una larga enfermedad, y en plena juventud tuviste que aceptar también la marcha de tu madre.
Más tarde al contraer matrimonio pasaste a formar parte de una familia equivocada. Necesitabas que te acogieran con cariño, pero ésta solo tenía soberbia, avaricia y envidia.
Tu vida ya no era vida.
Al contraer matrimonio aportaste tu dote, un patrimonio, que no dudaste en confiar a tus suegros, sin pensar que te despojarían del mismo y te privarían de recibir tus beneficios toda tu vida.
Estos beneficios de tu patrimonio pasaron a engrosar las arcas de tus suegros. Y cuando fallecieron, esta herencia se repartió entre tu marido y sus hermanos
Los mismos que hoy día se encuentran felizmente disfrutando de tu patrimonio.
Cuando llegaron tus primeros hijos al matrimonio, tus cuñadas los apartaron de ti, privándote del amor y del derecho que tiene una madre con sus hijos. Esto te llevó a un estado de desconcierto, te sentiste impotente ante tanta soberbia y codicia.

Posteriormente comenzaste una nueva etapa con tu hijo, que cuidaba de ti, después de separarte. En aquellos momentos necesitaste de tus bienes (propiedad de tus antepasados) pues estabais viviendo momentos de precariedad, en los que no podíais cubrir si quiera las necesidades básicas.
Fue entonces cuando pediste tus bienes pero de nuevo tu exmarido se negó a dártelos.

Te marchaste de este mundo, y nunca pudiste tener lo que por derecho te pertenecía.
Querida mamá, tengo la certeza que en la vida nada se destruye, sino que todo se transforma, y en tu transformación habrás encontrado tu gloria.
Considero que muchas personas se verán identificadas con esta historia.