Y hablando de aldea global o aislada en medio del páramo, mocita que llevas en tu canastilla unas cuantas rosas rojas, tengo la sensación que no nos hemos percatado que estamos inmersos en nuestras rencillas de aldehuela sin darnos cuenta que el mundo es mucho más complicado, bueno, mucho más no, igual pero ampliado. Cada cual con sus manías o ideas metidas a machamartillo desde la más tierna infancia o adquiridas por conveniencias, mientras que los pancistas de turno hacen su agosto. Como siempre, pues ya se sabe que a río revuelto ganancia de vividores. Lo triste, lo muy triste, es que no nos demos cuenta de por donde van los tiros.
Hemos hecho un larguísimo viaje para llegar a esta ninguna parte. Vosotros, nosotros, los defensores de los desharrapados del mundo y de los adalides de las grandes creencias universales únicas o no, ¿acaso no nos hemos parado nunca a reflexionar que sólo pensábamos en nosotros mismos cuando se nos llenaba la boca exponiendo y defendiendo las grandes ideas que, otros, mas curtidos, nos habían metido entre ceja y que, ilusos, creíamos que eran de cosecha propia?
No, no lo hicimos ni lo harán quienes han cogido el relevo, solo, que estos últimos están menos lastrados por el peso de nuestra ominosa posguerra, vamos, que están mas al día y saben contemporizar. Para muestra ese botón que es líder en la llamada nación y ciudad de las luces y su reciente modélica adquisición. ¿Qué foto moza, qué foto! Una delicia. Pero hasta mi cómplice Robespierre se levantó de su soterraño con toda su huesuda y descarnada anatomía plagada de bubas, temblequeando de rabia al ver, que todo ha quedado en un espejismo, en una ilusión, en una ocasión para rehabilitar a la razón, fallida una vez más.
Otra vez será, esperemos que el acelerador de partículas no nos meta en un agujero aún más negro, sino que nos aclare algo la vista y nos ayude a separar el grano de la paja.
La luna, la luna, gritaba. Lávate ese dedo so guarro.
Salud.
Hemos hecho un larguísimo viaje para llegar a esta ninguna parte. Vosotros, nosotros, los defensores de los desharrapados del mundo y de los adalides de las grandes creencias universales únicas o no, ¿acaso no nos hemos parado nunca a reflexionar que sólo pensábamos en nosotros mismos cuando se nos llenaba la boca exponiendo y defendiendo las grandes ideas que, otros, mas curtidos, nos habían metido entre ceja y que, ilusos, creíamos que eran de cosecha propia?
No, no lo hicimos ni lo harán quienes han cogido el relevo, solo, que estos últimos están menos lastrados por el peso de nuestra ominosa posguerra, vamos, que están mas al día y saben contemporizar. Para muestra ese botón que es líder en la llamada nación y ciudad de las luces y su reciente modélica adquisición. ¿Qué foto moza, qué foto! Una delicia. Pero hasta mi cómplice Robespierre se levantó de su soterraño con toda su huesuda y descarnada anatomía plagada de bubas, temblequeando de rabia al ver, que todo ha quedado en un espejismo, en una ilusión, en una ocasión para rehabilitar a la razón, fallida una vez más.
Otra vez será, esperemos que el acelerador de partículas no nos meta en un agujero aún más negro, sino que nos aclare algo la vista y nos ayude a separar el grano de la paja.
La luna, la luna, gritaba. Lávate ese dedo so guarro.
Salud.