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Y es que las cosas funcionan así mocita, ¿te acuerdas? Aquel día llegó un individuo de aspecto respetable y se instaló en La Palacia, luego, le dijo al pregonero que voceara por todas las esquinas, que estaba dispuesto a pagar cada cochinillo recién nacido a diez reales de plata. Todos le vendieron las crías, algunos trapicheando con los que no se habían enterado por estar en el campo, los compraron a cinco, se los vendieron a 10 y ganaron 5.
El respetable en cuestión pagó todo sin rechistar, pero dijo que a partir de ahora compraría todos los que le llevaran a 20 reales. Como no quedaban ya en el pueblo, fueron a buscarlos a otros pueblos. Y pagó y calló.
Como cada vez había menos cochinillos, elevó la oferta hasta los 25 y después, como ya no se encontraban por ninguna parte, hasta los 50.
Llegados a este punto, alegó que tenía que hacer un viaje urgente y dejó al cargo del asunto a un sicario de su confianza y este, les dijo a todos por medio del pregonero que, como el susodicho era un tío con mucho dinero y medio tonto, que ni siquiera sabía la cantidad de cochinillos que tenía, que él se los vendía todos a los nativos a 35 y así, cuando volviera el hacendado, se los volverían a vender por los 50 ofrecidos. Entre todos juntaron dinero y se quedaron con todos los guarrinos.
Pero resultó que aquél, no volvió nunca más y el sirviente desapareció del orbe.
Pues así están las cosas en Wall Street las bolsas y demás.
¿Nos hemos enterado moza?
Salud.
El respetable en cuestión pagó todo sin rechistar, pero dijo que a partir de ahora compraría todos los que le llevaran a 20 reales. Como no quedaban ya en el pueblo, fueron a buscarlos a otros pueblos. Y pagó y calló.
Como cada vez había menos cochinillos, elevó la oferta hasta los 25 y después, como ya no se encontraban por ninguna parte, hasta los 50.
Llegados a este punto, alegó que tenía que hacer un viaje urgente y dejó al cargo del asunto a un sicario de su confianza y este, les dijo a todos por medio del pregonero que, como el susodicho era un tío con mucho dinero y medio tonto, que ni siquiera sabía la cantidad de cochinillos que tenía, que él se los vendía todos a los nativos a 35 y así, cuando volviera el hacendado, se los volverían a vender por los 50 ofrecidos. Entre todos juntaron dinero y se quedaron con todos los guarrinos.
Pero resultó que aquél, no volvió nunca más y el sirviente desapareció del orbe.
Pues así están las cosas en Wall Street las bolsas y demás.
¿Nos hemos enterado moza?
Salud.