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ALMENDRAL: Mocita, próxima ya la noche de Jalogüin o Halloween,...

Mocita, próxima ya la noche de Jalogüin o Halloween, o como leches le digan ahora a los Tosantos, o sea, a la fiesta de Todos los Santos que se celebra el primer día de noviembre, víspera del Día de Difuntos, me acuerdo, que siendo cárnico y chico, algunos iban por las casas pidiendo los tosantos mientras hacían ruido con un artilugio que era o parecía una carraca y una tabla con unas aldabas, que se agitaban para que hiciesen ruido. Alguna gente daba a los muchachos frutas del tiempo; higos secos, nueces, granadas, membrillo, uvas, castañas y otros, algún dinerillo, pues no estaban las cosas como parar tirar cohetes. Yo, la verdad, no hice eso nunca, no sé por qué, pero recuerdo vagamente que había niños y niñas de mi edad que sí lo hacían.

Por la tierra en la que nosotros nacimos, desde el norte de Cáceres hasta el sur de Badajoz, se le llama o llamaba la “chaquetía”, palabra que al parecer viene de la expresión “echa aquí tía” o quizá de la que decía “si no echas la chaquetía, no eres mi tía” que se decía en algunos sitios. No lo sé bien, la verdad, porque como te decía, cuando yo era chico, o la cosa estaba ya en desuso o no eran tiempos para andar con estos juegos inocentes.

Por lo que se ve, la cosa viene de cuando los monaguillos, el día anterior al de difuntos, se revestían de sotana y roquete, y llevando el acetre y el hisopo, recorrían las casas de los pueblos dando a besar el portapaz a los moradores y, luego, rociaban la casa con agua bendita. A continuación pedían una gratificación por doblar las campanas durante la noche en sufragio por el alma de los difuntos.
Según dicen, la gente era muy generosa, porque el recuerdo y la veneración de los muertos ha sido y es algo serio en nuestros pueblos y nadie negaba un donativo que se pidiera en su nombre.
Al toque de ánimas, a los jorozcos, o sea, al caer la tarde, empezaban a doblar las campanas y los muchachos, entre redoble y redoble, iban dando cuenta de lo que habían recolectado.
Luego llegó un momento en que no solo los monagos, sino toda toda la chiquillería de los pueblos se echó a la calle a pedir puerta por puerta el aguinaldo.

La membrillá también se celebraba en esta fiesta. El muchacherío se juntaba en casa de algún familiar y se atiborraban de membrillo cocido.
Pero bueno, como te decía, esto son recuerdos muy vagos, muy lejanos y que si alguna vez participé en esos juegos, la verdad, ni lo recuerdo. De lo que si me acuerdo, es que hacíamos calaveras con sandias que antes habíamos vaciado y en cuyo interior metíamos una luz echa con una vela o una mariposa.

Por Levante y en particular en Cataluña, se celebra La Castañada, en la que también se comen boniatos y unos dulces caseros llamados panellets, que se hacen con diferentes ingredientes. Por cierto, me ha dicho un duendin paisano nuestro que, este año, harán una en el Centro Extremeño Ruta de la Plata, de El Prat de Llobregat, que si queréis, que estáis invitados.
Salud.