Pacheco, aquél alcalde andaluz acuñó la frase que cada día parece que está más de actualidad. Hoy me entero mocita, que un poeta en Graná, le dijo a un fantoche también profesor en el mismo lugar, que estaba más tonto que Abundio, ya sabes, el que hizo una carrera contra sí mismo y llegó el segundo.
Al interfecto en cuestión, sólo se le ocurrió decir a sus alumnos, que Federico era un fascistoide de esos de tomo y lomo, pero, por eso, nadie le ha recriminado nada. Ni siquiera el tribunal que, a resuelto la cuestión condenando al poeta con tres o cuatro mil euros de vellón por injuriar al injuriador. Y eso que, aquél, el poeta, preñado de lógica indignación, sólo le dijo perturbado, que si le hubiese dicho todo lo que se merece, lo acomodan unos meses en ventilada habitación de un hotel de veinte estrellas de los que dispone la muy santa inquisición.
Así están las cosas y así funciona este personal. Hay quienes hacen burla de la capitana general y la tildan de antiespañola porque nació en la ciudad de los condes de reyes. No se enteran estos mastuerzos que Agustina, la de Aragón, también era Barcelonesa y le sobraron redaños para prender mecha al cañón, lo que no es el caso de aquellos, que se libraban de la mili previo pago del justiprecio y que, desde la retaguardia, agazapados y a excuso, inflaban sus bolsas mientras en el campo de batalla perecían los hijos de quienes labraban la tierra.
Pero hay más cosas que ya te iré diciendo.
Te decía el otro día, que hay un resurgimiento del trapacerío y del embuste adornado con el insulto para distraer y desviar, lo que da lugar a que el desprevenido lector fije su mirada en lo burdo y no recapacite en el fondo que, en definitiva, es lo que se quiere ocultar. Será por eso, que hasta AI, se ha visto forzada a decir que, sólo en unos años en las Españas, se produjeron más desaparecidos que en todo el siglo pasado y lo que llevamos del actual en todos los estados sudamericanos. ¡Ahí es ná! Porque el caso es que lo demuestran con los datos en la mano.
De poco les va a valer retrasar, con sus maneras torticeras, el cierre de heridas tanto tiempo abiertas si, al final, tendrán que hocicar. Y por cierto, ¿ha limpiado ya alguien de arañas a esa gran cruz de piedra?
¡Ah!, que se me olvidaba, recórrete toda la huerta antes de cortar las coles.
Salud.
Al interfecto en cuestión, sólo se le ocurrió decir a sus alumnos, que Federico era un fascistoide de esos de tomo y lomo, pero, por eso, nadie le ha recriminado nada. Ni siquiera el tribunal que, a resuelto la cuestión condenando al poeta con tres o cuatro mil euros de vellón por injuriar al injuriador. Y eso que, aquél, el poeta, preñado de lógica indignación, sólo le dijo perturbado, que si le hubiese dicho todo lo que se merece, lo acomodan unos meses en ventilada habitación de un hotel de veinte estrellas de los que dispone la muy santa inquisición.
Así están las cosas y así funciona este personal. Hay quienes hacen burla de la capitana general y la tildan de antiespañola porque nació en la ciudad de los condes de reyes. No se enteran estos mastuerzos que Agustina, la de Aragón, también era Barcelonesa y le sobraron redaños para prender mecha al cañón, lo que no es el caso de aquellos, que se libraban de la mili previo pago del justiprecio y que, desde la retaguardia, agazapados y a excuso, inflaban sus bolsas mientras en el campo de batalla perecían los hijos de quienes labraban la tierra.
Pero hay más cosas que ya te iré diciendo.
Te decía el otro día, que hay un resurgimiento del trapacerío y del embuste adornado con el insulto para distraer y desviar, lo que da lugar a que el desprevenido lector fije su mirada en lo burdo y no recapacite en el fondo que, en definitiva, es lo que se quiere ocultar. Será por eso, que hasta AI, se ha visto forzada a decir que, sólo en unos años en las Españas, se produjeron más desaparecidos que en todo el siglo pasado y lo que llevamos del actual en todos los estados sudamericanos. ¡Ahí es ná! Porque el caso es que lo demuestran con los datos en la mano.
De poco les va a valer retrasar, con sus maneras torticeras, el cierre de heridas tanto tiempo abiertas si, al final, tendrán que hocicar. Y por cierto, ¿ha limpiado ya alguien de arañas a esa gran cruz de piedra?
¡Ah!, que se me olvidaba, recórrete toda la huerta antes de cortar las coles.
Salud.