Luz ahora 0,07978 €/kWh
Mira tu lo que son las cosas. He leído en un periódico que un empresario que regenta un centro de vacaciones en Australia, como ve que ahora con esto de la crisis mundial pintan bastos, ofrece un mes de fiesta en la que “todo vale”. Así que ha anunciado en los medios locales que el próximo mes de marzo, todo estará permitido y, además, ir vestido será opcional. Será un centro hedonista donde se podrá hacer cualquier cosas y es que, a tiempos difíciles, medidas difíciles argumenta.
Ni que decir tiene, que el obispo de la zona ha puesto el grito en el cielo, diciendo que transgrede el código moral de comportamiento, pero es lo que hay.
Recapacitando, he llegado a la conclusión recia moza, que este verano podemos montarnos un fiestorro de intercambio de parejas en el parque con el mismo lema, aunque tengamos que llevar el agua a la fuente con cubos desde el regato Tardamasa. Naturalmente sólo para mayores de dieciocho años, no vaya a ser que nos tomen por pederastas y nos metan 47 años de trena, como a ese tío de Ciudad Real, “El carateca”, que lo único que hizo el muchachito fue cargarse a patadas a su esposa embarazada (a la que produjo el aborto) y a su sobrina de cuatro años.
Que digo, que a lo mejor sale la cosa más barata para los de la Casa Grande Común, que contratar una orquesta de relumbrón para escuchar música en la Plaza Chica hasta las tantas, con la boca abierta y, además, es de suponer que los asistentes se lo pasarán pipa, y lo que es más, llegará gente de todos los alrededores y de otras Españas amantes de esos jolgorios, con el consiguiente incremento del gasto en aperitivos y vebistrajos, tan necesarios para mantener enhiesta la “moral” en esas circunstancias.
Eso no quiere decir que no haya música en vivo y en directo en la fuente. Labor que puede desarrollar muy bien el grupo Sombras si actualiza un poquino el repertorio, y tampoco es necesario que se pongan a soplar los instrumentos tal como llegaron a este mundo Tierra, no, pueden ir vestidos si quieren.
Más todavía, se pueden hacer unas invitaciones honoríficas a personalidades destacadas de la política y el arte, como por ejemplo al señor Bono y al señor Pajin y, ya que los tenemos tan cerca, a quienes tuvieron la genial idea de hacer de un convento un hotel de un montón de cucharas y tenedores. O al Pocero, a ver si entre tragos y alguna alegría para su cuerpo, nos fabrica la zona residencial esa que está prevista en el olivar de marras.
Por supuesto que el señor alcalde, podría muy bien abrir las fiestas con uno de sus hermosos discursos recordatorios de cuando mengano o citrano segaba más que nadie por los desalmendrados campos del almendral o, deleitarnos con el relato de alguno de sus viajes a los extrajeros esos de por ahí afuera. O sino él, el siguiente en el equipo. Tampoco hay que ser tan exigentes, a fin de cuentas ese acto protocolario en estos eventos no hacen mucha falta.
Bueno, ya paro que me estoy embalando. Vosotros mismos, si os agrada, la moza dice que ella no hace ascos a nada, es más, que regalará una rosa colorada y otra violeta, a todos los participantes.
Salud.
Ni que decir tiene, que el obispo de la zona ha puesto el grito en el cielo, diciendo que transgrede el código moral de comportamiento, pero es lo que hay.
Recapacitando, he llegado a la conclusión recia moza, que este verano podemos montarnos un fiestorro de intercambio de parejas en el parque con el mismo lema, aunque tengamos que llevar el agua a la fuente con cubos desde el regato Tardamasa. Naturalmente sólo para mayores de dieciocho años, no vaya a ser que nos tomen por pederastas y nos metan 47 años de trena, como a ese tío de Ciudad Real, “El carateca”, que lo único que hizo el muchachito fue cargarse a patadas a su esposa embarazada (a la que produjo el aborto) y a su sobrina de cuatro años.
Que digo, que a lo mejor sale la cosa más barata para los de la Casa Grande Común, que contratar una orquesta de relumbrón para escuchar música en la Plaza Chica hasta las tantas, con la boca abierta y, además, es de suponer que los asistentes se lo pasarán pipa, y lo que es más, llegará gente de todos los alrededores y de otras Españas amantes de esos jolgorios, con el consiguiente incremento del gasto en aperitivos y vebistrajos, tan necesarios para mantener enhiesta la “moral” en esas circunstancias.
Eso no quiere decir que no haya música en vivo y en directo en la fuente. Labor que puede desarrollar muy bien el grupo Sombras si actualiza un poquino el repertorio, y tampoco es necesario que se pongan a soplar los instrumentos tal como llegaron a este mundo Tierra, no, pueden ir vestidos si quieren.
Más todavía, se pueden hacer unas invitaciones honoríficas a personalidades destacadas de la política y el arte, como por ejemplo al señor Bono y al señor Pajin y, ya que los tenemos tan cerca, a quienes tuvieron la genial idea de hacer de un convento un hotel de un montón de cucharas y tenedores. O al Pocero, a ver si entre tragos y alguna alegría para su cuerpo, nos fabrica la zona residencial esa que está prevista en el olivar de marras.
Por supuesto que el señor alcalde, podría muy bien abrir las fiestas con uno de sus hermosos discursos recordatorios de cuando mengano o citrano segaba más que nadie por los desalmendrados campos del almendral o, deleitarnos con el relato de alguno de sus viajes a los extrajeros esos de por ahí afuera. O sino él, el siguiente en el equipo. Tampoco hay que ser tan exigentes, a fin de cuentas ese acto protocolario en estos eventos no hacen mucha falta.
Bueno, ya paro que me estoy embalando. Vosotros mismos, si os agrada, la moza dice que ella no hace ascos a nada, es más, que regalará una rosa colorada y otra violeta, a todos los participantes.
Salud.