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ALMENDRAL: Mocita, alísate tu cabellera y ponte unas rosas frescas...

Mocita, alísate tu cabellera y ponte unas rosas frescas porque la cosa está que arde.
Según los augures, hemos entrado en un periodo de vacas flacas y la poca pasta gansa que tenemos, es mejor que no la depositemos en la bolsa de los banqueros porque enseguida le salen alas.
Parece que estos, los banqueros, no los que hacen bancos, duermen o trabajan en ellos, tienen unos resortes especiales para salir ganadores siempre. Otra cosa al parecer, es la banca, esta sí, esta puede perder dinero, y será por eso, que ahora los componentes de la partitocracia en que se ha convertido aquello que antes parecía una democracia, nos van a freír a impuestos y taxas para engordar un poco sus arcas y las de sus banqueros.

Ya ves, como siempre:
En las indias nace libre, donde vive con la tierra, viene a morir en las Españas y es Génova enterrado; y pues, quien viaja a su lado es hermoso aunque muy fiero, poderoso caballero es.......
Y es que no escarmentamos. Los que manejan nuestra barca y las otras de por ahí afuera se han dejado llevar por las predicciones de unos diablos ¿cojuelos?, que ni sabían tan siquiera de lo estaban hablando.
Si alguno al menos, hubiera hecho lo dicen que hacía un tal Cayo Julio en el tiempo de los romanos, que usaba a los adivinos para prevenir el futuro y no entraba en batalla si eran malos los presagios; claro que con trampas, porque sabía que aquellos magos no predecían nada, por eso los untaba y así sus centuriones iban confiados al encuentro con la parca, o con los lusitanos, que en menos que canta un gallo, les daban un pasaporte sin derecho de retorno para que se fueran junto a sus deidades.

Así, vemos que cada día, los bancos de las calles y las plazas alojan a más inquilinos, aunque también los portales de esos con neones, mármoles y una máquina con ranura donde se mete una clave y echa un poco de calderilla para que vayamos tirando. Entretanto, los que están encaramados en los bandos partitocráticos, arrebañando a sus anchas.

Y te digo yo mocita que, si los que se dicen economistas, son tan incapaces de adivinar el futuro como aquellos augures antiguos, y los capitanes de nuestras barcas son tan rapaces como los banqueros y además, ni siquiera calientan los asientos que tienen reservado en los bancos congresuales, que habrá que ir pensando ya en buscarles un relevo y volver a la democracia y que se vayan al carajo, a ganarse el pan de cada día con su sudor, no con el nuestro.
Salud