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ALMENDRAL: Una vez mocita recia, entre Donosti y Hernani se lió...

Una vez mocita recia, entre Donosti y Hernani se lió la balacera, y allá que echando hostias se allegaron unos cuantos garbanceros, hallando en el lugar de autos otros hombres y mujeres comiendo yerbas panza abajo, protegiendo su integridad detrás del más mínimo resguardo.
¿Te acuerdas aquello que hablábamos hace poco cuando lo hacíamos del miedo? ¿De sus síntomas y sus circunstancias y de las formas de superarlo? Se nos quedó en el tintero decir, que la primera reacción que tienen los cárnicos al percibir a la parca, es salir por patas, si pueden, porque sino, se quedan pegados en el terreno con los dientes encajados y no recobran la vertical hasta que no lo ven muy claro.

La mocita de los madriles ha hecho lo que haría cualquiera, poner mucha tierra, aire y agua por medio y, ¡ahí te quedas aguaeras!, que yo me largo de aquí aunque sea sin alpargatas y pisando charcos de sangre. Normalmente es lo que suelen hacer todos los fieros guerreros del estilo de los capitanes Araña. Era de esperar la reacción ya que sólo es humana aunque con mucha ambición.

Qué diferencia con esos hombres y mujeres que viven en los fértiles valles y en las frondosas montañas que, clavan ijares en el terreno, apechugan con la circunstancia y si tienen redaños..., que vayan, que los están esperando, aunque bien es verdad que se cepillan algunos de vez en cuando.

Pero bueno, dejemos esto rodar que tienes que estar como un pámpano. ¿Seguimos por sevillanas para que entres en calor? ¿Si? Pues ahí va:

Cántame, me dijiste cántame,
y te canté a la sombra de un chaparro.
Cántame, te canté,
te calentaste y cantaste tú también.
¡Qué manera de cantar!
Como cantan las almejas
no nacidas en el mar.

Vayamos con la segunda que la cosa se está animando:

Te conocí en un barbecho
y por mucho que aboné,
siendo infertil jaramago
producto no te saqué.
Cántame, me dijiste cántame,
y te canté.
En mi huerto te críe,
producto nunca te vi,
esos milagros de ahora
quédatelos para ti.

Ahora vamos con la tercera que esta danza va muy bien:

De secano y engurrío,
quise sacarle la corcha
y fue que al despellejarle,
sólo encontré un cacho palo.
Cántame, me dijiste cántame,
y te cante,
pero fueron cantes en vano.
Cántame....

Salud.