Una fotografía, grita con más fuerza que millones de palabras, máxime si estas carecen de contenido.
La quitarás para que nadie la vea, las condenaras a la hoguera y las convertirás en ceniza, pero de esas cenizas, resurgirá de nuevo la imagen, pertinaz y cabezona, porque la realidad es la realidad.
La quitarás para que nadie la vea, las condenaras a la hoguera y las convertirás en ceniza, pero de esas cenizas, resurgirá de nuevo la imagen, pertinaz y cabezona, porque la realidad es la realidad.