Finibus, ya sabes que cuando el diablo no tiene otra cosa que hacer, con el rabo mata moscas.
Aquí entra mucha gente del
pueblo y de fuera (ayer dice el contador que fueron 563), lógicamente, es más fácil echarle la culpa a los niños (jóvenes) que rompen el mobiliario urbano, con lo que cuesta, pero luego se les facilita y habilita un local, en este caso el que fue el
bar del Suave, para que se preparen el botellón y se jarten en el Legío, mientras que los más mayores, aguantan estoicamente en
... (ver texto completo)