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ALMENDRAL: Hoy es el día decisivo. Esta tarde noche, tropas de...

Hoy es el día decisivo. Esta tarde noche, tropas de élite del quinto Felipe dirimirán sus controversias en la palestra periférica de la ciudad de los condes reyes.

Que dicen las lenguas bífidas que los seguidores de los de la casa de los Austrias tenían un troyano en el corazón de los Borbones, Germano y huraño él. Un tal Bernd, socio número 115.088 del equipo que enarbola por divisa la estelada. ¡Qué gran jugada! Con la particularidad que, días antes de la gran batalla, se le escapa una perla digna de figurar en los manuales de los más altos servicios de espionaje. “Imposible vencer”, dijo el buen hombre y arrebañó de golpe y sin dar ni un palo más al agua siete millones de vellón. ¡Qué desazón! Con razón su jefe Laporta dijo que lo había hecho muy bien mientras desde dentro rompía al rival el corazón.

Pero esta cosas pasan, y seguirán pasando. Hoy toca la gran batalla y si ganan los de casa, los periféricos sentirán un gran alivio en sus anchos pechos, olvidando unos momentos la cosa de los dineros. La aspirina, según Llach, pero como dice Benach, (ya sabes, el del aiga tuneado) ni un 500 a cero va a resolver los problemas de esta comunidad.

Y hablando de periferias y tal, ¿cómo ha caído a los nacionalistas del almendral que papá Don Manué diga que hay que colgar a ciertas esferas de poder que vivaquean por el extrarradio, por no sé bien que partes a ver, si su peso específico es más que el del central y pueden poner la balanza en su fiel? Bueno, supongo que mal, porque eso es hurgar en la llaga infestada.

De todas formas, no me pierdo la función. Como estos días la luna brilla más y parece que se puede tocar alargando sólo un dedo, al estar mas cercana, esta noche dormí mal y cuando ya se ocultaba, inicié mi desplazamiento y ahora te hablo desde el lugar del acontecimiento.

Están las cartas echadas, ahora veamos quienes hacen más trampas y mangonean con mejor pericia el resultado. Sea cual sea, te llevaré mocita de recuerdo un ramito de rosas coloradas de las que se crían por El Vallés regadas, con el sudor de unos hombres negros que aún no tienen papeles.
Salud.