Por lo que se ve mozuela, llamar por su nombre a un invertebrado baboso, está mal visto en el desalmendrado almendral sin almendros, ¡Qué le vamos hacer!, como decía aquél tío de profesión matador, de toros, ¡“es que hay gente pá tó”! Mujer, si por lo menos se tratara de un caracol...., pero este, ¿tío?, yo lo dudo, pero babas tóxicas suelta un rato largo.
Ser baboso, no es ni bueno ni malo, pues depende, porque las de caracol las anuncian mucho en una emisora de todos conocidas y que todos saben quienes son quienes la manejan. Por lo que se ve van muy para el cutis, lo mantiene terso, y a las gentes ya así como muy rancia, su ungüento sobre su ya muy ajadas mejillas, les viene bien pues, les da como otra apariencia, como más actual. Lo que pasa, es que el tocino añejo, es añejo, ni babas de caracol ni hostias.
Y, hablando de otra cosa, tú, ya sabes porque lo has vivido muchas veces, que hay cierta gente por aquí, por nuestra península y sobre todo en la Plaza Chica de nuestra Carcundia, con menos almendros y más cardos borriqueros que florecillas del bosque, que cuando quieren ser irónicas, sólo les sale su innata chabacanería y la acostumbrada prepotencia. Normal, tantos años y siglos ejercitándose... Será por eso que, últimamente, y para distraer al personal del quid de la cuestión, están repartiendo su propia mierda. Hacen igual que las gallinas. Lo que pasa, es que ahora el personal es más higiénico, vamos que se lava y se peina una o dos veces al día y siempre después de echar un polvete y, por otra parte, detestan el olor a pescado podrido. De ahí, que les va a valer bien poco la estrategia, máxime, si tenemos en cuenta que el término municipal carcundiano, está lleno de olivares, y de casas viejas pendientes de rehabilitación. Además de ser rico en alcornoques con su corcha y otras especies arbóreas ademas de encinas e higueras chumbas y de las otras.
El asunto de la ganadería vacuna, no es precisamente negocio fuerte local. Si acaso, se aprovechan los cuerno para hacer cachas de navajas, muchas de ellas usadas después para los navajazos traperos, deporte al que también somos muy aficionados por estos pagos y, donde algunos hediondos son unos profesionales experimentados. (“No hay más que leer ese presunto foro de la verdad, o de la amistad“) ¡Joder con los subterfugios! Si tuvieran sus impulsores y adlátares tanta amplitud de miras como mala leche corrupta y sarnosa, mucho mejor que les iría. ¿No te parece mocita recia?
Salud.
Ser baboso, no es ni bueno ni malo, pues depende, porque las de caracol las anuncian mucho en una emisora de todos conocidas y que todos saben quienes son quienes la manejan. Por lo que se ve van muy para el cutis, lo mantiene terso, y a las gentes ya así como muy rancia, su ungüento sobre su ya muy ajadas mejillas, les viene bien pues, les da como otra apariencia, como más actual. Lo que pasa, es que el tocino añejo, es añejo, ni babas de caracol ni hostias.
Y, hablando de otra cosa, tú, ya sabes porque lo has vivido muchas veces, que hay cierta gente por aquí, por nuestra península y sobre todo en la Plaza Chica de nuestra Carcundia, con menos almendros y más cardos borriqueros que florecillas del bosque, que cuando quieren ser irónicas, sólo les sale su innata chabacanería y la acostumbrada prepotencia. Normal, tantos años y siglos ejercitándose... Será por eso que, últimamente, y para distraer al personal del quid de la cuestión, están repartiendo su propia mierda. Hacen igual que las gallinas. Lo que pasa, es que ahora el personal es más higiénico, vamos que se lava y se peina una o dos veces al día y siempre después de echar un polvete y, por otra parte, detestan el olor a pescado podrido. De ahí, que les va a valer bien poco la estrategia, máxime, si tenemos en cuenta que el término municipal carcundiano, está lleno de olivares, y de casas viejas pendientes de rehabilitación. Además de ser rico en alcornoques con su corcha y otras especies arbóreas ademas de encinas e higueras chumbas y de las otras.
El asunto de la ganadería vacuna, no es precisamente negocio fuerte local. Si acaso, se aprovechan los cuerno para hacer cachas de navajas, muchas de ellas usadas después para los navajazos traperos, deporte al que también somos muy aficionados por estos pagos y, donde algunos hediondos son unos profesionales experimentados. (“No hay más que leer ese presunto foro de la verdad, o de la amistad“) ¡Joder con los subterfugios! Si tuvieran sus impulsores y adlátares tanta amplitud de miras como mala leche corrupta y sarnosa, mucho mejor que les iría. ¿No te parece mocita recia?
Salud.
