Lo que hay que oír recia moza. La Plaza Chica, a pesar de estar tan abajo y tener en el subsuelo una auténtica cloaca, está que se sale por encima de los tejados. En esa alcantarilla, por lo que se deduce, hasta hay escuelas para enseñar artes marciales que, en este caso, de marciales tienen lo que yo de fraile franciscano. Eso sí, de males artes saben un rato largo, pero bien largo, lo suyo es la violencia en todas sus formas, el exabrupto, el eructo grosero, el hediondo pedo. En cuanto tratas cualquier tema que no sea conforme a sus míseros intereses, ¡haaala! Ahí vaaaa, te salen con lo de la patada en los güevos y es que, los muy soberbios no pueden comprender que, cuando ellos y ellas iban a las clases que les daban las y los de la sección femenina y luego a la misa, como sus dios le manda, ya había gente que dedicaba su tiempo a libre a ejercitar el pensamiento libre, y el músculo, por si alguno de aquellos “venaos” (me perdonen los venados), se les ocurría usar la fuerza bruta contra ellos y, que era entonces y es ahora, un peligro siempre latente pues, como ya sabes y que yo recuerde, de facto, la última vez fue en el treinta seis del siglo pasado; cuando no tuvieron reparo alguno en eliminar a todos aquellos que no pensaban como ellos, sin pararse a reflexionar si eran ancianos, niños, jóvenes imberbes, mujeres o gente bregada en combate y, luego, a los supervivientes, les amargaron la vida todo lo que pudieron y algo más, hasta llegar en muchos casos, a la eliminación física.
Para darse cuenta de lo que pueden ser capaces, no nada como leer con atención sus escritos; son la sabia nueva de la especie, esa que ha estado larvada durante todos estos años pero que ahora, a rebufo de la mala situación económica que estamos atravesando y, a la que ellos dedican todos sus esfuerzos para que empeore todavía más si cave, resurge de nuevo con brío, no sólo en el desalmendrado, sino en todas partes.
No harán nada para salir del marasmo, sino todo lo contrario, insistirán todo lo que esté en su mano y más, carcomiendo el sistema todo lo que puedan, al objeto de presentarse como los regeneradores de una patria que se rompe, una patria que se hunde, una justicia que no funciona, (excepto si el fallo es a favor), una policía que no hace nada para detener extranjeros y enviarlos a sus países, un ejército mal adiestrado, insuficiente y peor mandado (menos si el mando en cuestión es de los de su ola) y etc etc.
Por cierto, y ya que hablamos de artes marciales y tal; creo que en la feria de la Torre, hubo sus más y sus menos con unos rumanos que plantaron cara e hincharon alguna de los que no salieron corriendo como conejos y, que los nativos, eran almendralenses, posiblemente, de esos guerreros de nueva ola.
Salud.
Para darse cuenta de lo que pueden ser capaces, no nada como leer con atención sus escritos; son la sabia nueva de la especie, esa que ha estado larvada durante todos estos años pero que ahora, a rebufo de la mala situación económica que estamos atravesando y, a la que ellos dedican todos sus esfuerzos para que empeore todavía más si cave, resurge de nuevo con brío, no sólo en el desalmendrado, sino en todas partes.
No harán nada para salir del marasmo, sino todo lo contrario, insistirán todo lo que esté en su mano y más, carcomiendo el sistema todo lo que puedan, al objeto de presentarse como los regeneradores de una patria que se rompe, una patria que se hunde, una justicia que no funciona, (excepto si el fallo es a favor), una policía que no hace nada para detener extranjeros y enviarlos a sus países, un ejército mal adiestrado, insuficiente y peor mandado (menos si el mando en cuestión es de los de su ola) y etc etc.
Por cierto, y ya que hablamos de artes marciales y tal; creo que en la feria de la Torre, hubo sus más y sus menos con unos rumanos que plantaron cara e hincharon alguna de los que no salieron corriendo como conejos y, que los nativos, eran almendralenses, posiblemente, de esos guerreros de nueva ola.
Salud.