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Mocita, esos caracoles con tanto veneno en sus pringosas babas que se arrastran de vez en cuando por las piedras de tu seca fuente y en tu descuidado jardín, ¿son de adopción o tienen denominación de origen?
Yo sabía y sé que, los soterraños del antiguo casino de los señores eran un criadero de inmundas ratas, pues eran y son una cloaca. Cuando el Realengo tenía agua, si llovía fuerte, arrastraba algunas. Ya no, cada vez parece que salen más. En cuanto se hacen una miaja grandes salen a las plazas a devorar todo y, si no vas con cuidado te roen hasta los zancajos. Si ven presa fácil, no la sueltan ni aunque las destripes a patadas.
Hay un par de ellas negras y gordas, con los pelos del lomo como espinos negros, que el día que muerdan a alguien le inoculan la peste bubónica y se muere de seguro. Eso es malo, porque es una enfermedad muy contagiosa. Seguro que ya han mordido a algunos de sus congéneres y están transmitiendo el mal. Hoy, Navidad, antes y después de comer, ve con cien mil ojos, no se te cuele alguna entre los víveres. Bueno, hoy y mañana y pasado y todos los días del año. Si ves alguna, aplástala sin piedad; ten en cuenta que son muy prolíficas.
Los caracoles se lidian mejor, pero atención, no se te ocurra tocar la babaza que estos sueltan, abrasan como los ojos del Gran Cabrón. Si por descuido te pasa, corre a lavarte con salfumán. Escuece un poco, pero es lo mejor.
Ya sabes que estos gasterópodos son hermafroditas incompletos, porque, además de cuernos, tienen órganos sexuales masculinos y femeninos, por lo que necesitan unirse unos con otros para reproducirse.
Son portadores de muchos parásitos dañinos para las personas y los animales. Transmiten la gripe, incluida la aviar y además otras enfermedades hepáticas. No obstante, bien desinfectados y cocidos, hervidos o asados, condimentados al gusto, se pueden ingerir que no pasa nada y son digestivos.
Otra cosa, a los maliciosos carcomidos por la envidia, dale cancha y cuerda, verás como ellos solos se atan por el pescuezo en el primer jaramago que encuentren. Son tan mala gente pero tan simples, que como no los sujetes, cualquier día se te ahoga alguno en tu pilón. Fíjate como serán, que cuando cagan lo hacen hacia arriba y acaban como los boquerones, rebozados, pero más hediondos.
Manuéeee, Manoliiiito, desciende de tu dorado edén y dale un repaso de garlopa a esta fauna de secano tan mediocre.
Salud.
Yo sabía y sé que, los soterraños del antiguo casino de los señores eran un criadero de inmundas ratas, pues eran y son una cloaca. Cuando el Realengo tenía agua, si llovía fuerte, arrastraba algunas. Ya no, cada vez parece que salen más. En cuanto se hacen una miaja grandes salen a las plazas a devorar todo y, si no vas con cuidado te roen hasta los zancajos. Si ven presa fácil, no la sueltan ni aunque las destripes a patadas.
Hay un par de ellas negras y gordas, con los pelos del lomo como espinos negros, que el día que muerdan a alguien le inoculan la peste bubónica y se muere de seguro. Eso es malo, porque es una enfermedad muy contagiosa. Seguro que ya han mordido a algunos de sus congéneres y están transmitiendo el mal. Hoy, Navidad, antes y después de comer, ve con cien mil ojos, no se te cuele alguna entre los víveres. Bueno, hoy y mañana y pasado y todos los días del año. Si ves alguna, aplástala sin piedad; ten en cuenta que son muy prolíficas.
Los caracoles se lidian mejor, pero atención, no se te ocurra tocar la babaza que estos sueltan, abrasan como los ojos del Gran Cabrón. Si por descuido te pasa, corre a lavarte con salfumán. Escuece un poco, pero es lo mejor.
Ya sabes que estos gasterópodos son hermafroditas incompletos, porque, además de cuernos, tienen órganos sexuales masculinos y femeninos, por lo que necesitan unirse unos con otros para reproducirse.
Son portadores de muchos parásitos dañinos para las personas y los animales. Transmiten la gripe, incluida la aviar y además otras enfermedades hepáticas. No obstante, bien desinfectados y cocidos, hervidos o asados, condimentados al gusto, se pueden ingerir que no pasa nada y son digestivos.
Otra cosa, a los maliciosos carcomidos por la envidia, dale cancha y cuerda, verás como ellos solos se atan por el pescuezo en el primer jaramago que encuentren. Son tan mala gente pero tan simples, que como no los sujetes, cualquier día se te ahoga alguno en tu pilón. Fíjate como serán, que cuando cagan lo hacen hacia arriba y acaban como los boquerones, rebozados, pero más hediondos.
Manuéeee, Manoliiiito, desciende de tu dorado edén y dale un repaso de garlopa a esta fauna de secano tan mediocre.
Salud.