De verdad es que me quedo perpleja de lo benèvolas que son las leyes con casos tan serios como lo ocurrido en Barcelona, y que sean tan radicales y tocapelotas con otras, como por ejemplo "El reciclaje" En cierto pueblo -que no diré- se puede presentar en tu casa, una pareja de policia a mirar si has reciclado la basura orgánica. Con toda impunidad, te miran la bolsa y si no la has separado del resto te ponen una multa.
En primer lugar, tienes que hacer un curso para enterarte de lo que va en un lado o en otro. Despuès, tienes que disponer de una cocina lo suficientemente amplia para colocar todos los jodidos contenedores,, y no creo que en los pisos actuales de la mayorìa haya tanto espacio. ¡En fin! que Salud, tiene toda la razón del mundo.
En primer lugar, tienes que hacer un curso para enterarte de lo que va en un lado o en otro. Despuès, tienes que disponer de una cocina lo suficientemente amplia para colocar todos los jodidos contenedores,, y no creo que en los pisos actuales de la mayorìa haya tanto espacio. ¡En fin! que Salud, tiene toda la razón del mundo.
Son signos María, son signos que brotan en todas partes.
Si acostumbras a mirar por Pueblos de España, mira en el que yo nací y lee con atención los mensajes. Ya verás cómo se está extendiendo esta peste que amenaza ahogarnos.
Te dejo esto de abajo.
Lalmendral mocita, la aldea donde yo nací, es sublime, laboratorio inconsciente donde se expone sin recato, la fuerza conque entrechocan los nuevos huracanados vientos que nos zarandean como lo que somos, briznas de paja, hojas secas que van de acá para allá según el remolino en el que estén atrapadas. Entre tanto, tahúres y mercachifles de toda condición y laya; chupan a carrillos llenos sin temor a atragantarse porque tienen tragaderas anchas, y espaldas amplias.
De todas formas, y aunque parezca una perogrullada más moza, el sistema está agotado. No vale llenarse la boca con soflamas y pregonar a los cuatro vientos que tiene que regenerarse y que yo, o mi amiguito del alma, lo haríamos mejor y luego, dejar que todo siga lo mismo porque, se está jugando con fuego y, aunque no lo parezca, matar la gallina de los huevos de oro no es bueno para nadie; claro que, menos todavía para quien o quienes están en posesión de su usufructo, tanto si son los amos de derechos centenarios obtenidos por la fuerzas de las armas o, como cuota parte del botín logrado en agradecimiento a la desinteresada colaboración que en su día prestaron para la consecución de ser únicos administradores del gallinero.
El dilema que se presenta es que, si yo no voy a las urnas, cosa que ya hace la mitad de los que tienen derecho a ir, malo, y, si voy, ¿a qué voy?, porque, se está extendiendo la idea aquella de: ni contigo ni sin ti, mis penas tienen remedio.
En esta confusión, nos preocupamos más si doña Esperancita (la de los madriles) lleva zapatos bajos o están provistos de tacones de los llamados de aguja, hechas de acero inoxidable. Fetichistas que semos o son los pobrecitos mortales a los que nos distraen con el revoloteo de moscardas culeras emitiendo su zumbido monocorde.
Entretanto, a la hidra se le siguen poniendo cada vez más gordas sus múltiples cabezas y, día llegará, en que cualquier buitre logrero se nos presente como el gran salvador de una patria decaída a la que hay que regenerar. Por eso creo moza recia, que, aún sabiendo que no va a suceder, es la hora en que el ave Fénix de la esperanza, levante de nuevo el vuelo más como águila real que como vulgar carroñero con el buche lleno de vísceras muertas. También, me parece a mi, que ha llegado la hora en que, vosotras tres, que sois una y la misma, cada cual con vuestras peculiaridades, la morenina, aquella que nació en Magdala y tú, levantéis vuestra voz y pongáis un poco de sentido común en este alborotado corral donde el cerdo ha transmutado, una vez más, en hombre con apariencias de noble patricio senador romano.
Salud.
Si acostumbras a mirar por Pueblos de España, mira en el que yo nací y lee con atención los mensajes. Ya verás cómo se está extendiendo esta peste que amenaza ahogarnos.
Te dejo esto de abajo.
Lalmendral mocita, la aldea donde yo nací, es sublime, laboratorio inconsciente donde se expone sin recato, la fuerza conque entrechocan los nuevos huracanados vientos que nos zarandean como lo que somos, briznas de paja, hojas secas que van de acá para allá según el remolino en el que estén atrapadas. Entre tanto, tahúres y mercachifles de toda condición y laya; chupan a carrillos llenos sin temor a atragantarse porque tienen tragaderas anchas, y espaldas amplias.
De todas formas, y aunque parezca una perogrullada más moza, el sistema está agotado. No vale llenarse la boca con soflamas y pregonar a los cuatro vientos que tiene que regenerarse y que yo, o mi amiguito del alma, lo haríamos mejor y luego, dejar que todo siga lo mismo porque, se está jugando con fuego y, aunque no lo parezca, matar la gallina de los huevos de oro no es bueno para nadie; claro que, menos todavía para quien o quienes están en posesión de su usufructo, tanto si son los amos de derechos centenarios obtenidos por la fuerzas de las armas o, como cuota parte del botín logrado en agradecimiento a la desinteresada colaboración que en su día prestaron para la consecución de ser únicos administradores del gallinero.
El dilema que se presenta es que, si yo no voy a las urnas, cosa que ya hace la mitad de los que tienen derecho a ir, malo, y, si voy, ¿a qué voy?, porque, se está extendiendo la idea aquella de: ni contigo ni sin ti, mis penas tienen remedio.
En esta confusión, nos preocupamos más si doña Esperancita (la de los madriles) lleva zapatos bajos o están provistos de tacones de los llamados de aguja, hechas de acero inoxidable. Fetichistas que semos o son los pobrecitos mortales a los que nos distraen con el revoloteo de moscardas culeras emitiendo su zumbido monocorde.
Entretanto, a la hidra se le siguen poniendo cada vez más gordas sus múltiples cabezas y, día llegará, en que cualquier buitre logrero se nos presente como el gran salvador de una patria decaída a la que hay que regenerar. Por eso creo moza recia, que, aún sabiendo que no va a suceder, es la hora en que el ave Fénix de la esperanza, levante de nuevo el vuelo más como águila real que como vulgar carroñero con el buche lleno de vísceras muertas. También, me parece a mi, que ha llegado la hora en que, vosotras tres, que sois una y la misma, cada cual con vuestras peculiaridades, la morenina, aquella que nació en Magdala y tú, levantéis vuestra voz y pongáis un poco de sentido común en este alborotado corral donde el cerdo ha transmutado, una vez más, en hombre con apariencias de noble patricio senador romano.
Salud.