Creo que en esta plaza por los años sesenta tenía su parada el "Leda" que venía de Badajoz siguiendo ruta a Salvaleón, Salvatierra y Burquillos del Cerro. Yo iba a estudiar al colegio de de. Hilario (espero que sea ese el nombre la memoria va ya fallando). Pero si alquien de ese tiempo, con catorce o quince años en esa década lee esto seguro que sabe qué colegio era. Este profesor era un hombre de unos cuarenta y algo, no muy alto, con un catácter que apavullaba, pero que enseñaba como nadie. Yo aprendía con él todo lo que no había aprendido durante los cuatro años de bachiller, y gracias a la forma de enseñar tan clara que tenía, cogí un gran amor a la literatura y las matemáticas se me dejaron de atragantar. Allí estudié algunas asignaturas de cuarto y la reválida. Recuerdo este episodio como lo que más me impactó; en una clase un compañero (lo siento olvidé el nombre) que era muy inquieto y le gustaba estar poniendo caritas y las majaderías propias de los chicos de esa edad, para que los demás nos riéramos, sobre todo teniendo en cuanta que las clases eran mixtas, de Hilario dando sus explicaciones, como si no se enterara de nada. De pronto cogió un pupitre... Sí leeis bien, ¡¡¡un pupitre¡¡¡ y se lo tiró a la cabeza al chico (creo recordar José). Así reaccionaba, fue un gran profesor y una estupenda persona, pero no pasaba una.
Saludos a todos los barcarroteros (buena gente) de una porrinera.
Saludos a todos los barcarroteros (buena gente) de una porrinera.