Hola Amigos, muy buenos días.
Anoche tuve una llamada inesperada de un buen compañero nuestro, como bien decía el nos ardía la oreja del tiempo que nos pasamos hablando. Se siente muy emocionado con nuestro reencuentro, hasta el punto que dice que en su casa hay un ordenador y casi no le dejan tocarlo, por lo que se va ha comprar un portátil y va ha hacer un curso de informática, par poder estar en contacto todos los días. Se le ve una persona con buenos recuerdos de la Escuela Hogar.
Entre varias de las cosa que me ha contado, voy a intentar relataros una. Parece ser que sobre el año 70 aun en la escuela vieja, un día a Dº Esther se le ocurrió poner besugo al horno de comida y como hijos del campo que eran todos y por lo tanto acostumbrados a los cocidos de patatas y garbanzos, aquello lo miraban todos con caras de asombro y extrañeza, hasta el punto que nadie lo comía, Dº Esther al darse cuenta de la situación, mandó a cocina preparar unas patatas frita y unos huevos, por que si no les mandaba a todos a clase sin comer.
Anoche tuve una llamada inesperada de un buen compañero nuestro, como bien decía el nos ardía la oreja del tiempo que nos pasamos hablando. Se siente muy emocionado con nuestro reencuentro, hasta el punto que dice que en su casa hay un ordenador y casi no le dejan tocarlo, por lo que se va ha comprar un portátil y va ha hacer un curso de informática, par poder estar en contacto todos los días. Se le ve una persona con buenos recuerdos de la Escuela Hogar.
Entre varias de las cosa que me ha contado, voy a intentar relataros una. Parece ser que sobre el año 70 aun en la escuela vieja, un día a Dº Esther se le ocurrió poner besugo al horno de comida y como hijos del campo que eran todos y por lo tanto acostumbrados a los cocidos de patatas y garbanzos, aquello lo miraban todos con caras de asombro y extrañeza, hasta el punto que nadie lo comía, Dº Esther al darse cuenta de la situación, mandó a cocina preparar unas patatas frita y unos huevos, por que si no les mandaba a todos a clase sin comer.