CASTUERA
Homenaje a las víctimas de la Guerra Civil
30.04.10 - 00:16 - F. VÁZQUEZ. |
Castuera ha acogido el VI Homenaje a la víctimas del campo de concentración que funcionó en las inmediaciones de la localidad al finalizar la Guerra Civil española. Este año ha estado dedicado a la memoria de Miguel Hernández y a su paso por Castuera durante la Guerra Civil Española. El objetivo de estas jornadas era reflexionar sobre la II República, la Guerra Civil y la represión franquista
Homenaje a las víctimas de la Guerra Civil
30.04.10 - 00:16 - F. VÁZQUEZ. |
Castuera ha acogido el VI Homenaje a la víctimas del campo de concentración que funcionó en las inmediaciones de la localidad al finalizar la Guerra Civil española. Este año ha estado dedicado a la memoria de Miguel Hernández y a su paso por Castuera durante la Guerra Civil Española. El objetivo de estas jornadas era reflexionar sobre la II República, la Guerra Civil y la represión franquista
Muy interesante el homenaje a las victimas del campo de concentración, en el cual perecieron gente de diversos pueblos de la comarca, a continuación os pongo un poema de un preso que logró sobrevivir, Juan Misut Cañadilla.
EL CAMPO DE LA CRUZ NEGRA
Noventa y dos barracones con armazón de madera
y techumbre de uralita que destilaban candela,
donde diez mil prisioneros ocultaban su pobreza
entre nubes de piojos y lecho de tierra.
Todas las plagas humanas hacían acto de presencia,
pero sobre todo el hambre,
un hambre feroz y terca,
que manchaba voluntades y sobornaba flaquezas
al no tener al alcance para comer ni la hierba;
ni agua para lavarse, ni asiento para las piernas.
Por retrete varias zanjas,
pico y pala a toda vela
y vergajo a cada instante, la ley de la España Nueva.
Militares españoles sin corazón ni conciencia
santificados por Dios y alentados por la iglesia
que adivinaban enemigos en cualquier hombre de izquierdas.
Apaleaban hermanos que habían perdido la guerra
y gemían desesperados maldiciendo su impotencia.
Desde aquí mi sentido homenaje a todos los que mataron y a los que mandaron a sus casas a morir entre ellos aun señor de los pies a la cabeza que no conocí en persona, y al que me hubiera gustado conocer Agustin Molina Cruces.
EL CAMPO DE LA CRUZ NEGRA
Noventa y dos barracones con armazón de madera
y techumbre de uralita que destilaban candela,
donde diez mil prisioneros ocultaban su pobreza
entre nubes de piojos y lecho de tierra.
Todas las plagas humanas hacían acto de presencia,
pero sobre todo el hambre,
un hambre feroz y terca,
que manchaba voluntades y sobornaba flaquezas
al no tener al alcance para comer ni la hierba;
ni agua para lavarse, ni asiento para las piernas.
Por retrete varias zanjas,
pico y pala a toda vela
y vergajo a cada instante, la ley de la España Nueva.
Militares españoles sin corazón ni conciencia
santificados por Dios y alentados por la iglesia
que adivinaban enemigos en cualquier hombre de izquierdas.
Apaleaban hermanos que habían perdido la guerra
y gemían desesperados maldiciendo su impotencia.
Desde aquí mi sentido homenaje a todos los que mataron y a los que mandaron a sus casas a morir entre ellos aun señor de los pies a la cabeza que no conocí en persona, y al que me hubiera gustado conocer Agustin Molina Cruces.