En sus cercanías, en dirección a
La Nava de Santiago, se encuentran el dolmen de
Lácara y otros, cuya existencia testimonia la presencia de ocupantes en ese territorio desde las épocas prehistóricas.
La
tradición atribuye también su fundación, en el siglo IX, a pobladores musulmanes procedentes de tierras cordobesas, circunstancia con la que se conecta su nombre, derivando el apelativo de Lácara del arroyo en cuyo ámbito se asienta. Sobre éste, cerca del
pueblo se sitúan dos pequeños
embalses: los de
Horno Tejero y Boquerón.
Tras su ocupación por los cristianos en el siglo XIII, el centro se integró en la Orden de Santiago como aldea dependiente de
Mérida.
A destacar también es la Coopertativa El Lacra que fundada por unos cuantos, ahora participa todo el pueblo y produce un aceite ecológica de excente calidad, premiada como numero uno en extrremadura y nuemero tres a nivel nacional en
córdoba.
La tradición atribuye su fundación, en el siglo IX, a pobladores musulmanes procedentes de tierras cordobesas, circunstancia con la que se conecta su nombre, derivando el apelativo de Lácara del arroyo en cuyo ámbito se asienta. Sobre éste, cerca del pueblo se sitúan dos pequeños embalses: los de Horno Tejero y Boquerón. Tras su ocupación por los cristianos en el siglo XIII, el centro se integró en la Orden de Santiago como aldea dependiente de Mérida.
A finales de los años 70 se aprobó la construcción de dos
pantanos en el Plan Hidrológico Nacional junto a
Cordobilla de Lácara sobre el
Río Lácara y uno de sus afluentes. Dichos pantanos; Horno Tejero y Boquerón, fueron inaugurados en 1985. Estas construcciones han cambiado el
paisaje original, apareciendo dos grandes
lagos en medio de las dehesas próximas. Los pantanos abastecen de
agua a la Mancomunidad del Lácara Norte (a la que pertenece Cordobilla de Lácara), no son navegables y el baño está prohibido. La
pesca principal son las carpas, lucios y black-bass.