A todos los Cortés, Reyes, Menayo,
Casado, Godoy, Mateo, mi familia
Desde la pasión de los poetas
Desde San Pedro de Mérida.
Con carácter, amistad y calor
Desde estas tierras Cántabras
RECUERDOS
Campo de Castilla,
Recuerdos añejos
Memoria de niño,
Repasos de viejo,
Ya casi borrados
Evocó yo aquello.
Un blancor eterno,
Las odas del cielo
Planicie perenne
Ajada del tiempo.
El pinar compacto
Sube hacía lo alto
Airosos al viento.
Un Trapense viejo,
Monje de Abadía
De rezo constante,
De huerto y azada
De apego y silencio.
Terrones de polvo
La tierra abrasada,
De cal y blancura,
Aquel campo añejo
De siesta y locura,
Arruga en la frente
Sudor y amargura.
Rapsodas de ejido
Amos de la usura,
Sensible al tiempo
Aman las llanuras.
La espiga dorada
Trigal raspinegro,
Veletas de aleros,
Meciéndose fácil,
Al soplo de céfiro.
Un zagal de ejido,
De precoz añada
Y corazón grande,
Truhán y andarín
Al llegar la tarde.
El capullo Blanco,
Almendro de arte.
Escopeta en ristre
Cartucho que sale,
Liebre de campiña,
Carne por la tarde.
Castillo en el cerro
En los almenares,
Jugando los niños,
Risas de agorares,
Hondas y cabales.
Viejos trabajosos
Solos por la calle,
Parientes de hijos
Llegan en la tarde.
La hembra elegida
Devota de miedos,
Le pide a la esfinge,
De santo de pueblo,
Trigos de la suerte,
Cebada y centeno.
En los almenares,
De gris el silencio,
La tasca y el caldo,
De vino aurinegro,
Privado potingue
De un barril añejo.
Clérigos y monjas
Tocar la campana,
En templo desierto,
De ruegos y voces,
Llenas las bodegas,
De ebrios precoces.
Semana de aciagos
Resudores de agro,
Asfixiante espiga
De hocino afilado,
Segando estrujado
El trigo del campo.
Ese es mi recuerdo
Por ser Castellano,
De una casa noble
Con sabor amargo
De un linaje pobre.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
19 de marzo de 2011
Casado, Godoy, Mateo, mi familia
Desde la pasión de los poetas
Desde San Pedro de Mérida.
Con carácter, amistad y calor
Desde estas tierras Cántabras
RECUERDOS
Campo de Castilla,
Recuerdos añejos
Memoria de niño,
Repasos de viejo,
Ya casi borrados
Evocó yo aquello.
Un blancor eterno,
Las odas del cielo
Planicie perenne
Ajada del tiempo.
El pinar compacto
Sube hacía lo alto
Airosos al viento.
Un Trapense viejo,
Monje de Abadía
De rezo constante,
De huerto y azada
De apego y silencio.
Terrones de polvo
La tierra abrasada,
De cal y blancura,
Aquel campo añejo
De siesta y locura,
Arruga en la frente
Sudor y amargura.
Rapsodas de ejido
Amos de la usura,
Sensible al tiempo
Aman las llanuras.
La espiga dorada
Trigal raspinegro,
Veletas de aleros,
Meciéndose fácil,
Al soplo de céfiro.
Un zagal de ejido,
De precoz añada
Y corazón grande,
Truhán y andarín
Al llegar la tarde.
El capullo Blanco,
Almendro de arte.
Escopeta en ristre
Cartucho que sale,
Liebre de campiña,
Carne por la tarde.
Castillo en el cerro
En los almenares,
Jugando los niños,
Risas de agorares,
Hondas y cabales.
Viejos trabajosos
Solos por la calle,
Parientes de hijos
Llegan en la tarde.
La hembra elegida
Devota de miedos,
Le pide a la esfinge,
De santo de pueblo,
Trigos de la suerte,
Cebada y centeno.
En los almenares,
De gris el silencio,
La tasca y el caldo,
De vino aurinegro,
Privado potingue
De un barril añejo.
Clérigos y monjas
Tocar la campana,
En templo desierto,
De ruegos y voces,
Llenas las bodegas,
De ebrios precoces.
Semana de aciagos
Resudores de agro,
Asfixiante espiga
De hocino afilado,
Segando estrujado
El trigo del campo.
Ese es mi recuerdo
Por ser Castellano,
De una casa noble
Con sabor amargo
De un linaje pobre.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
19 de marzo de 2011