Se han hallado restos correspondientes a asentamientos humanos prehistóricos (en concreto del Calcolítico) en la zona donde se sitúa el
pueblo de
Feria.
Tras la Reconquista Cristiana, El Rey Alfonso X "El Sabio" reparte todos los territorios de la provincia de
Badajoz a las Órdenes
Militares; perteneciendo Feria a la Orden de Santiago y posteriormente a Badajoz. celtas,
romanos y árabes habitaron la localidad, gracias a su privilegiada ubicación como enclave defensivo.
En 1394, el rey Enrique IV entregó la villa a Gomes Suárez de Figueroa, maestre de la Orden de Santiago, con el título de Conde de Feria. Más tarde, Felipe II otorgó a Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo del anterior, el título de Duque de Feria, llegando así en esta época el Señorío de Feria a su culmen, construyéndose además la mayor parte de lo que sería el
castillo de la localidad
PRESA DE LA ALBUERA: comenzó a construirse en 1.746 y 1.748 por orden del Obispo de Badajoz D. Amador Merino Malaguilla. En el muro de la presa fue construída una pequeña
capilla que actualmente ha quedado olvidada, utilizándose como depósito de
agua dentro del sistema de la depuradora.
Los naturales de Feria son conocidos como coritos. Los antecedentes del peculiar apelativo no están establecidos con precisión, conectándose con la posición elevada de la localidad; con una supuesta procedencia vasca de sus primeros ocupantes tras la reconquista cristiana, y con otras circunstancias. El castro turdetano, según referencias de Ortiz de Thovar, es también, identificado por otros autores, como la Seria de los celtas y la Fama Iulia
romana, habiéndose encontrado en su proximidades restos que permiten suponer al lugar como área habitada en tiempos de los godos. Los pobladores musulmanes tienen claramente constatada su presencia en la zona, y a ellos se les atribuye la construcción, en el lugar donde hoy se encuentra el castillo, de una primitiva fortaleza de adobe.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de
Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de
Zafra. En el censo de 1842 contaba con 550 hogares y 2069 vecinos.